Tiene más de 1.000 años de antigüedad, se conserva en buen estado y, desde 2017, es accesible con teleféricos.
Es evidente que, al pensar en la historia de Perú, lo primero que aparece en nuestra mente es la ciudadela inca de Machu Picchu. Y, aunque su belleza y relevancia es indiscutible, también es importante mencionar que el país está repleto de otras ruinas antiguas como, por ejemplo, Kuélap.
Este sitio arqueológico, emplazado al norte de la nación, en la provincia de Luya, tiene poco más de 1.000 años de antigüedad y, por fortuna, se encuentra en buen estado.
Curiosamente, Kuélap es más antiguo que el Imperio inca. Es decir, si bien ellos aprovecharon los beneficios de la fortificación, su construcción estuvo a cargo de los chachapoyas: un pueblo que existió entre el año 800 y el 1570.
Mediante una serie de estudios, expertos consideran que la construcción de Kuélap inició a mediados del siglo XI y la continua mudanza de los chachapoyas a este sitio, emplazado en la cima del cerro Barreta, recién se frenó durante el siglo XVI.
A diferencia de otros sitios, esta gran ciudad “preinca” funcionó como una urbanización con todas las comodidades del momento. Allí había una sociedad organizada, con familias que vivían en grandes casas y tenían acceso a espacios administrativos, religiosos y ceremoniales, además de los laborales.
Cabe destacar que todos los sitios mencionados estaban protegidos por una gran muralla, a 3.000 metros sobre el nivel del mar, que tiene 600 metros de longitud y alcanza, en sectores puntuales, 19 metros de altura.
Con la desaparición de la cultura chachapoyas y la caída del Imperio inca, todo en el siglo XVI, Kuélap quedó vacío y, con el paso del tiempo, no solo se cubrió de naturaleza local, sino que también fue olvidada.
En estas condiciones permaneció hasta el año 1843, cuando las autoridades gubernamentales del lugar, guiados por habitantes de la zona, redescubrieron este sitio arqueológico y tomaron la decisión de iniciar su restauración.
Al día de hoy, quienes deseen conocer Kuélap, pueden llegar desde el distrito de Leimebamba, que alberga un camino que conduce directamente al centro de esta antigua urbanización.
En simultáneo, también existe un sendero de 8,9 kilómetros y 1.200 metros de desnivel, que parte del poblado de El Tingo y es, hasta el momento, el camino más frecuentado por senderistas aventureros que sueñan con visitar Kuélap.
Finalmente, la tercera opción, disponible desde el 2 de marzo de 2017, es acceder a un sistema de teleférico que ahorra largas horas de caminata y, al mismo tiempo, permite contemplar, desde la altura, las vistas panorámicas del lugar.
Si bien Kuélap tiene más de 1.000 años, está en una zona remota, no recibió mantenimiento durante siglos y experimentó algunos derrumbes en las últimas décadas, este sitio aún se conserva en buen estado.
Es por eso que, todas aquellas personas que lo visiten en la actualidad, podrán apreciar a simple vista y conocer la historia de los siguientes sectores:
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