Es un punto histórico, perteneciente a un templo ceremonial inca, que se inauguró a mediados del siglo XVI en un sector muy cercano a la ciudad de Cusco, Perú.
Las ruinas incas de Perú están entre los destinos turísticos más famosos del mundo por sus maravillas naturales e históricas. Es por eso que, al momento de organizar un viaje por la zona, muchas personas incluyen en su itinerario a los famosos muros de Sacsayhuamán.
Las paredes, formada por piedras que alcanzan hasta los 9 metros de altura, antiguamente eran parte de un templo ceremonial inca que incluía comercios, viviendas, torres de vigilancia y hasta un antiguo sistema para recolectar el agua de lluvia.
Sin embargo, como el sector fue desmantelado casi en su totalidad durante la llegada de los europeos al continente a fines del siglo XV, en la actualidad solo se conservan los tres muros.
Los muros de Sacsayhuamán, que se encuentran a tan solo dos kilómetros al norte de la ciudad de Cuzco, Perú, son estructuras colosales que se construyeron en un lapso de 50 años.
Es decir, la obra, en la que participaron 20.000 personas, se inició en el gobierno del sapa inca Pachacútec, a mediados del siglo XV, y se inauguró durante la época de Huayna Cápac, en el siglo XVI.
Por otro lado, al igual que sucede con otras instalaciones incas de la época, el sitio seleccionado para construir los muros y las demás estructuras ya mencionadas, se destaca por sus bellos paisajes.
Es decir, además de tener un valor histórico, los muros de Sacsayhuamán se diseñaron a 3.700 metros sobre el nivel del mar, en un sector de Perú que cubre una superficie de 3.093 hectáreas y está delimitado por las montañas Ausangate, Pachatusán y Cinca.
Como hemos mencionado, a pesar de que cientos de expertos han visitado los muros de Sacsayhuamán con el objetivo de conocer todos los detalles de su historia, aún se desconoce qué técnicas utilizaron los incas para diseñarlos.
Según lo investigado hasta el momento, se confirmó que en aquella época las rocas se cortaban en una cantera y se trasladaban hasta un punto específico con ayuda de poderosas cuerdas.
Una vez en el lugar, los trabajadores tenían la misión de aportarle el tallado definitivo, con la intención de que cada piedra imite el diseño de todas las que conforman el muro.
Entonces, si bien hay datos suficientes que confirman cómo se cortaron las piedras y de qué manera las arrastraron, nadie pudo descifrar cómo lograron apilarlas.
Sucede que las piedras de los muros de Sacsayhuamán alcanzan hasta los 9 metros de altura y, por lo tanto, sería imposible elevarlas sin una máquina específica. Y, como los incas no disponían de una tecnología avanzada, su colocación sigue siendo un misterio.
Quienes visitan los muros de Sacsayhuamán llegan con la intención de conocer su historia y fotografiarlos desde todos los ángulos, además de contemplar el maravilloso paisaje que los rodea.
Pero, como era de esperar, este sitio también es el escenario de rituales incas que aún se realizan por nativos de Perú como, por ejemplo, el Inti Raymi.
Entonces, aquellos viajeros que tengan intenciones de conocer los muros y, al mismo tiempo, presenciar esta celebración anual, deberán estar presentes el 24 de junio.
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