En un principio, varias empresas ferroviarias eran privadas. Por lo tanto, los nombres de los ferrocarriles no respondían a un mismo criterio. El 1 de marzo de 1948, con el decreto 32.574, estas compañías fueron nacionalizadas y reorganizadas. En esta nueva etapa, también se incluyeron los ferrocarriles estatales.
A partir del año siguiente, la red ferroviaria fue dividida en ocho líneas con nombres de próceres argumentando que "es un deber del gobierno mantener vivo en el pueblo el culto a la memoria de los forjadores de la nacionalidad, como tributo de gratitud a sus patrióticos afanes y para fortalecer los sentimientos de solidaridad con nuestro pasado".
De esta forma, el Ferrocarril de Buenos Aires al Pacífico pasó a llamarse Ferrocarril Nacional General San Martín. Todos los que eran conocidos como Ferrocarriles de Trocha Métrica se unificaron como el Ferrocarril Nacional General Belgrano. El Ferrocarril Rosario-Puerto Belgrano se convirtió en el Ferrocarril Nacional General San Martín.
Los Ferrocarriles "Mesopotámicos" se unieron como Ferrocarril Nacional General Urquiza. El Ferrocarril BBNO pasó a ser el Ferrocarril Nacional General Roca. El Ferrocarril del Sud se transformó en el Ferrocarril Nacional Domingo Faustino Sarmiento. Por último, los Ferrocarriles Patagónicos -que eran estatales- se agruparon como Ferrocarril Nacional Patagónico.