Kokura solía ser una ciudad del extremo norte de la isla japonesa de Kyushu. Poseía uno de los mayores arsenales militares del país, por lo que fue un objetivo clave en los planes de Estados Unidos para lanzar bombas atómicas y poner fin a la Segunda Guerra Mundial.
Considerada para el lanzamiento tanto de Fat Man como de Little Boy ―dos armas nucleares producidas por el gobierno estadounidense―, Kokura logró evitar la devastación completa en ambas ocasiones.
El "Plan B" si Hiroshima no funcionaba: Kokura
Hiroshima fue el objetivo principal de la Operación Centerboard I, ya que albergaba dos cuarteles generales del Ejército Imperial Japonés y un puerto estratégico.
Por su parte, Kokura y Nagasaki eran los objetivos secundarios, en caso de que el bombardeo no saliera como estaba previsto.
El coronel Paul Tibbets lanzó la bomba atómica Little Boy sobre la ciudad desde el Boeing B-29 Superfortress Enola Gay a las 8.15 de la mañana del 6 de agosto de 1945. La explosión causó la muerte instantánea de entre 70.000 y 80.000 habitantes de Hiroshima.
Si algo hubiera salido mal, Kokura podría haber sido el lugar donde se lanzó la primera bomba atómica. Esta fue la primera vez que la ciudad logró zafar de los avances nucleares de Estados Unidos.
Kokura: el objetivo principal de Fat Man
La segunda misión, cuyo nombre era Operación Centerboard II, tenía previsto que Kokura fuera el objetivo principal de la bomba atómica Fat Man.
Por la mañana del 9 de agosto de 1945, el Enola Gay voló junto al B-29 Laggin' Dragon para evaluar las condiciones meteorológicas para el bombardeo de ese mismo día. Informaron de una cobertura nubosa de 3/10, con una previsión de mejora de las condiciones. Pero no fue así.
Fat man y un cambio de planes
Cuando Charles Sweeney, piloto del B-29 Bockscar, llegó a Kokura, las condiciones habían cambiado drásticamente. En lugar de la cobertura de 3/10, Sweeney informó a sus superiores la presencia de una espesa capa de nubes de 7/10.
Una de las estipulaciones para lanzar la bomba atómica era que el objetivo debía verse visualmente, ya que EE.UU. no confiaba en el bombardeo asistido por radar para un arma tan peligrosa. Después de sobrevolar tres veces la ciudad, esperando que se rompiera la capa de nubes, Sweeney informó de que "en ningún momento se vio el punto de mira".
Así, Kokura y sus habitantes se habrían salvado, una vez más, de la devastación atómica.