La metodología educativa “Sudbury” permite a los estudiantes tomar sus propias decisiones en cuanto a qué aprender y cuándo hacerlo. También les da la posibilidad de elegir los métodos de evaluación. A continuación, Billiken te cuenta en qué consiste esta pedagogía.
El método de aprendizaje “Sudbury” permite a los estudiantes tomar sus propias decisiones en cuanto a qué aprender y cuándo hacerlo. También tienen control total sobre los métodos de evaluación. Se trata de un modelo de enseñanza que lleva los principios de individualidad y democracia a extremos nunca antes vistos dentro del ámbito educativo. A través de los votos de profesores, estudiantes y personal académico, se decide desde la contratación de profesores hasta el presupuesto de la escuela. Según los partidarios de esta metodología, los alumnos adquieren un mayor nivel de responsabilidad y se mantienen motivados a aprender de forma colaborativa.
Se originó en la escuela Sudbury, fundada en 1968 en Estados Unidos por Daniel Greenberg, quien la construyó bajo dos pilares: la administración democrática de la institución y un modelo de aprendizaje completamente libre.
En primer lugar, bajo este modelo todas las decisiones son tomadas en una asamblea donde cada miembro de la comunidad educativa participa, desde los estudiantes hasta el personal administrativo de la escuela. Entre los puntos a decidir se encuentran: los docentes a contratar, la repartición del presupuesto y el salario mensual.
En segundo lugar, el estudiante es quien se encarga de su propio proceso de aprendizaje, lo que implica que la escuela no tiene un plan de estudio que impone a los estudiantes y a los profesores. En este sentido, los alumnos son libres de hacer lo que les interese y pueden decidir qué tan lejos quieren perseguir dichos intereses.
Bajo el modelo “Sudbury” los maestros actúan como consejeros solamente cuando se los necesita, ya que los alumnos aprenden mayormente por sí mismos. La responsabilidad de los docentes reside en diseñar estrategias que fomenten los buenos valores y el desarrollo de habilidades básicas como la capacidad de analizar y sintetizar, la de comunicación, etcétera.
Los estudiantes deben tomar las decisiones con respecto a su proceso de aprendizaje. El método “Sudbury” incentiva a los chicos y chicas a que descubran qué quieren hacer sin ejercer ningún tipo de presión. Además, se los motiva a que busquen soluciones creativas a los problemas eventuales que se les presentan día a día por su propia cuenta, tanto en el ámbito académico como en el personal. El modelo sostiene que dar instrucción de forma individual puede causar daño, por eso se les pide a los niños que formen grupos de trabajo mediante los cuales puedan aprender juntos.
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