La Catedral de Colonia es uno de los monumentos más emblemáticos de Alemania y una verdadera joya del arte gótico. Su historia, que se extiende por más de ocho siglos, está repleta de momentos curiosos, pausas inesperadas y logros arquitectónicos impresionantes.
Una construcción que duró más de 600 años
La historia de la Catedral de Colonia comenzó el 15 de agosto de 1248, cuando se colocó la primera piedra con la idea de crear un templo que albergara las reliquias de los Reyes Magos. Inspirada en la catedral de Amiens, en Francia, su diseño pretendía ser ambicioso y espectacular.
Pero el proyecto se detuvo en 1560, cuando solo estaba construida una parte. Durante más de 300 años, la obra quedó inconclusa, hasta que en el siglo XIX, con un renovado interés por el gótico, se retomó la construcción. Finalmente, en 1880 se completó, siguiendo fielmente los planos medievales originales.
¿Por qué es un ícono de la arquitectura gótica?
Desde su finalización, la Catedral de Colonia se convirtió en uno de los edificios más admirados de Europa. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996 y cada año atrae a millones de visitantes de todo el mundo.
Su fachada está decorada con más de 700 figuras talladas, y sus torres alcanzan los 157 metros de altura, lo que la convierte en una de las iglesias más altas del planeta. Además, su vitral principal tiene más de 1.200 fragmentos de vidrio de colores.
¿Cómo se puede visitar hoy?
La Catedral está ubicada en el corazón de la ciudad de Colonia, junto al río Rin. La entrada es gratuita y está abierta al público todos los días. Además, quienes lo deseen pueden subir los 533 escalones hasta lo alto de una de sus torres y disfrutar de una vista panorámica inigualable.
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Con sus casi 800 años de historia, la Catedral de Colonia no solo es un testimonio de perseverancia arquitectónica, sino también un ejemplo vivo de cómo el arte y la fe pueden traspasar siglos. Hoy, sigue siendo una de las joyas góticas más impactantes del mundo.
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