Heligoland, la curiosa isla de Alemania donde está prohibido manejar autos - Billiken
 

Heligoland, la curiosa isla de Alemania donde está prohibido manejar autos

En esta nota, Billiken te cuenta por qué en Heligoland no se puede conducir autos, cómo es esta isla del Mar del Norte y qué secretos turísticos esconde.
El Mundo
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En el Mar del Norte, a unos 60 kilómetros de la costa de Alemania, hay una isla tan pintoresca como peculiar. Se llama Heligoland y tiene una característica que llama la atención de cualquier visitante: está prohibido circular en automóvil. A diferencia de lo que sucede en la mayoría de las ciudades del mundo, acá no se ven autos, ni motos, ni semáforos. Solo bicicletas, carritos de mano y muchos caminos peatonales.

La decisión no es reciente. Desde hace décadas, las autoridades de Heligoland mantienen una firme política de protección ambiental y de estilo de vida. Esto convirtió a la isla en un lugar tranquilo, silencioso y con un aire puro que se agradece.

Heligoland: historia, ubicación y características de esta isla única

Paisajes de Heligoland.

Heligoland está compuesta por dos islas principales: una más grande y elevada, llamada Hauptinsel, y una más pequeña, Düne, que tiene playas de arena blanca. Ambas forman parte del estado federado alemán de Schleswig-Holstein.

Su superficie total no supera los 2 km² y está habitada por unas 1.300 personas, según datos oficiales. A pesar de su tamaño reducido, esta isla tiene una historia intensa. A lo largo de los siglos, fue controlada por daneses, británicos y alemanes. Incluso, durante la Segunda Guerra Mundial, fue ocupada como base militar y bombardeada en varias ocasiones. Hoy en día, la isla conserva restos de bunkers y túneles que se pueden visitar.

¿Qué hay para conocer en Heligoland?

Heligoland no solo sorprende por la ausencia de autos. También es un destino ideal para los amantes de la naturaleza, la tranquilidad y la historia. Entre sus principales atractivos, se destacan:

  • El Lange Anna (“Ana Larga”): una columna de roca roja de 47 metros, símbolo de la isla.
  • Las focas de la isla Düne, que pueden observarse muy de cerca en las playas.
  • El museo Helgoland Museum, que relata la historia local y su papel durante la guerra.
  • La flora y fauna única, que incluye especies protegidas y rutas de observación de aves.

Además, el centro urbano tiene tiendas libres de impuestos, ya que Heligoland cuenta con un régimen fiscal especial. Esto atrae tanto a turistas como a compradores ocasionales.

¿Cómo se visita Heligoland y por qué no hay autos?

Centro de Heligoland.

La isla se puede visitar fácilmente desde tierra firme. Hay barcos turísticos que parten desde puertos como Cuxhaven, Bremerhaven o Hamburgo, especialmente en primavera y verano. También se puede llegar en avión desde algunas ciudades alemanas, ya que la isla Düne cuenta con una pequeña pista de aterrizaje.

La prohibición de vehículos motorizados no incluye a los autos eléctricos usados por servicios esenciales, como ambulancias. Sin embargo, la norma es clara: ni los residentes ni los turistas pueden conducir autos privados en la isla. Esta regla tiene fines ecológicos, pero también responde a una cuestión de espacio y conservación. La mayoría de los caminos son angostos, y el uso de autos rompería el equilibrio natural y urbano del lugar.

Un rincón de Alemania donde todo es más lento… y más silencioso

Heligoland es una isla que invita a caminar, respirar aire limpio y desconectarse del ritmo acelerado de las grandes ciudades. Por eso, se volvió un destino curioso y cada vez más popular para quienes buscan naturaleza, historia y una experiencia diferente en Europa.

En definitiva, Heligoland es un lugar único donde la naturaleza manda y los autos descansan.

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