Allá por 2015, un pequeño pueblo italiano llamado Sellia, ubicado en la región sureña de Calabria, aprobó una ordenanza que estableció la "prohibición de morirse" a sus vecinos. ¿El objetivo? Frenar la despoblación.
Aunque la regla pueda parecer absurda o fuera de lo común, la realidad es que se trata de una ordenanza que tiene bastante sentido en Italia. Allí, la edad media de los habitantes es de más de 44 años, según Istat, el Instituto de Estadísticas italiano. Además, la población registra en los últimos años un crecimiento prácticamente nulo, lo que resulta en una población envejecida.
¿Por qué Sellia prohibió morirse?
La municipalidad de Sellia entró en pánico en 2015 al observar que la población del pueblo estaba compuesta, en un 60 por ciento, de hombres y mujeres de más de 75 años. El porcentaje llevó a la municipalidad a recurrir a esta novedosa medida, que establece la "prohibición de morirse". Entró en vigor el 5 de agosto de ese mismo año.
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"Nosotros hicimos esta ordenanza no para bromear, sino seriamente, porque Sellia, como muchas localidades del sur de Italia, padece despoblación", sostuvo el alcalde de la localidad, Davide Zicchinella. La regla invita a los vecinos a preocuparse por su salud y los tiene cortitos a la hora de hacerse chequeos.
Zicchinella estableció que quienes no se cuiden deberán pagar más impuestos. Sabiendo que la gente se quejaría, desde el gobierno se aseguraron que no hubiera mucha excusa para evitar tener estos cuidados: a la par de la ordenanza, el municipio creó todo un sistema de salud público. Este incluyó:
- La apertura de un centro sanitario
- La inauguración de un puesto ambulatorio para los análisis
- La creación de una red de transporte de personas al hospital más cercano.
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Preguntado sobre cómo identificará a los vecinos que no se realicen los controles para aumentarle los impuestos, el alcalde aseguró que el municipio posee los registros necesarios: "Sabemos quién se hace análisis y quién no, quién se cuida o se descuida", explicó.