Queshuachaca: un histórico puente de cuerda que se esconde entre las montañas de Sudamérica - Billiken
 

Queshuachaca: un histórico puente de cuerda que se esconde entre las montañas de Sudamérica

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Entre los Andes del Perú se encuentra el Queshuachaca, el último puente colgante inca hecho completamente de cuerda. Su historia, técnica de construcción y conservación lo convirtieron en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Historia
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En medio de las montañas del sur de Perú, suspendido sobre el río Apurímac, se balancea uno de los monumentos más singulares del continente: el Puente Queshuachaca (también conocido como Q’eswachaka). Este puente de cuerda, que forma parte del antiguo Camino Inca, tiene más de 500 años de historia y aún hoy sigue siendo reconstruido cada año por las comunidades andinas que lo rodean.

Ubicado en el distrito de Quehue, dentro de la provincia de Canas, en la región de Cusco, el Queshuachaca no solo es una obra de ingeniería ancestral, sino también un símbolo vivo de la unidad, la tradición y la sabiduría incaica.

¿Cómo se construyó el Puente Queshuachaca?

Diseño del Puente Queshuachaca.

El Queshuachaca está hecho únicamente con sogas tejidas a mano, fabricadas a partir de la fibra de ichu, una planta andina que crece en las alturas de los Andes. Cada año, cuatro comunidades —Chaupibanda, Choccayhua, Ccollana Quehue y Huinchiri— se reúnen para reconstruirlo colectivamente, siguiendo los métodos que sus antepasados transmitieron de generación en generación.

Durante tres días, los pobladores trenzan miles de fibras de ichu, formando gruesas cuerdas que luego se entrelazan para dar forma al piso y a las barandas del puente. El resultado es una estructura de aproximadamente 28 metros de largo y 1,2 metros de ancho, capaz de resistir el peso de una persona que lo cruza a pie.

Esta tradición no solo mantiene viva la técnica de los antiguos ingenieros incas, sino también los lazos culturales y espirituales entre los habitantes del lugar, que consideran la reconstrucción un acto de respeto hacia la naturaleza y sus antepasados.

Características y curiosidades del Puente Queshuachaca

El Queshuachaca es el último puente colgante de cuerda activo del mundo que conserva el diseño original del Imperio Inca. Su conservación y reconstrucción anual fueron reconocidas en 2013 por la UNESCO, que lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Algunas curiosidades que lo hacen único:

  • Material ancestral: se utiliza ichu, una fibra vegetal autóctona de los Andes.
  • Reconstrucción anual: la tradición se repite cada mes de junio, en una ceremonia comunitaria acompañada de música y danzas.
  • Ubicación exacta: está sobre el río Apurímac, a más de 3.700 metros sobre el nivel del mar, en la región de Cusco.
  • Parte del Qhapaq Ñan: formaba parte del extenso sistema de caminos incas que conectaban el Tahuantinsuyo.

¿Cómo visitar el Puente Queshuachaca?

Vistas al Puente Queshuachaca.

Hoy, el Puente Queshuachaca es uno de los atractivos culturales más fascinantes del sur del Perú. Los visitantes pueden llegar desde Cusco, a unos 160 kilómetros de distancia, a través de un camino panorámico que atraviesa los paisajes andinos.

El momento más recomendable para visitarlo es en junio, durante el festival anual de reconstrucción, cuando las comunidades locales realizan la ceremonia tradicional y el puente recién terminado se abre al paso de los visitantes.

Caminar sobre sus sogas tejidas y observar el río Apurímac fluir decenas de metros más abajo es una experiencia única, que conecta directamente con la ingeniería, la fe y la cosmovisión de los antiguos incas.

Un legado que desafía el tiempo

El Queshuachaca no es solo un puente: es una manifestación viva del ingenio y la identidad cultural andina. Su permanencia a lo largo de los siglos demuestra que la tradición y la tecnología pueden convivir, y que el respeto por los saberes ancestrales sigue siendo uno de los pilares más sólidos de las comunidades del Perú.

Por su valor histórico, su singular construcción y su profundo simbolismo, el Queshuachaca continúa siendo un punto de encuentro entre el pasado y el presente, y una muestra tangible de que el legado inca sigue tendido —como un puente— sobre la historia de Sudamérica.

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