El fracaso de un videojuego y la pérdida de millones de dólares llevaron a la empresa a tomar una decisión drástica: quisieron enterrar el asunto, y así lo hicieron (literalmente).
La historia de que en 1983 la compañía de videojuegos Atari había enterrado millones de copias en un vertedero circuló por todo el mundo. Durante mucho tiempo fue solo eso, algo que se "sabía" pero que era imposible de comprobar.
Pero algunos aficionados por los videojuegos y los misterios no se rindieron. Creían que el episodio era cierto, y que había que buscar el lugar del entierro hasta encontrarlo. El tiempo les dio la razón, ya que más de treinta años después finalmente dieron con el paradero de los videojuegos de Atari.
Pero el entierro no se explica por un solo factor. ¿Por qué Atari, la empresa más exitosa de los comienzos del videojuego, decidió enterrar millones de copias?
Atari fue una compañía revolucionaria en lo que respecta a videojuegos. Creada en 1972 por Nolan Bushnell y Ted Dabney, propuso una nueva manera de interactuar con la tecnología a partir de la consola Atari 2600.
Durante once años, la empresa de origen estadounidense vivió sus años dorados. Hasta que la crisis del videojuego de 1983, producto de la baja calidad de los mismos, hizo que Atari cayera en picada. Y eso no fue lo peor.
El año anterior, dada la popularidad de la película E.T., el extraterrestre, la compañía había pagado 20 millones de dólares por los derechos, y luego invertido millones de dólares en desarrollar un juego inspirado en la película. A eso se sumó la presión de tener que terminarlo en menos de dos meses.
El videojuego llevaba el mismo nombre que el film, pero su destino fue opuesto: en vez de compartir el éxito de la cinta dirigida por Steven Spielberg, fue devuelto por la mayor parte de los compradores, que se quejaban de la calidad de los gráficos y la dificultad de la historia, entre otros reclamos.
¿Qué hacer, ahora, con millones de copias del videojuego? El fracaso estaba presente en todos los sentidos:
Atari fue fundada en Sunnyvale, California. Pero el lugar que sus creadores eligieron para hacer el cementerio de videojuegos estaba lejos, muy lejos, de la casa matriz: el vertedero de Alamogordo (también, Álamo Gordo) en Nuevo México, a más de 1.600 kilómetros de distancia y un estado (Arizona) de por medio.
La cantidad de videojuegos enterrados fue abismal. En una zona desértica, la empresa aprovechó para desprenderse de millones de copias, que al día de hoy permanecen allí, en Alamogordo. Hasta el día de hoy, no se sabe con precisión la cantidad exacta de cartuchos.
Durante años, la historia de que Atari había enterrado millones de copias de su versión de E.T. era una de las más difundidas. Muchos no estaban seguros de la decisión de la empresa con respecto a las copias, pero otros sí y no dejaron de buscar.
Un grupo de aficionados, junto a algunas empresas de computación, lograron obtener el permiso para desenterrar el vertedero de Alamogordo. Ese era el dato más preciso que tenían sobre el entierro, y el 26 de abril de 2014 confirmaron lo que ya sospechaban.
Ese día, múltiples excavadoras levantaron los desechos y aparecieron miles de cartuchos diseñados para la consola Atari 2600, la mayoría en su paquete original, sin abrir. Pero no hubo tiempo para más: al día siguiente, las autoridades de la localidad estadounidense ordenaron rellenar el vertedero, tapando una vez más el entierro de videojuegos de Atari.
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