El SS Norge fue un barco de pasajeros construido en Escocia en 1881 para la compañía danesa Det Forenede Dampskibs-Selskab (DFDS). Diseñado para cubrir rutas entre Escandinavia y América, se convirtió en una de las naves más emblemáticas para miles de migrantes que, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, buscaban llegar a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades.
El SS Norge tenía un peso de 3.359 toneladas, alcanzaba 105 metros de eslora y contaba con capacidad para transportar a centenares de pasajeros, en su mayoría familias que viajaban en tercera clase. Su diseño era robusto y su casco de hierro estaba preparado para enfrentar las largas travesías del Atlántico Norte.
El barco realizó numerosos viajes durante más de dos décadas, conectando puertos de Dinamarca, Noruega, Reino Unido y Estados Unidos. En esos años, el tráfico transatlántico de migrantes crecía exponencialmente, y el SS Norge representaba una alternativa segura y relativamente accesible. Sin embargo, su destino cambiaría de forma abrupta el 28 de junio de 1904, cuando protagonizó uno de los naufragios más trágicos de su tiempo.
El naufragio del SS Norge: cómo ocurrió y por qué murieron tantas personas
El último viaje del SS Norge comenzó en Copenhague y continuó por Oslo y Kristiansand, desde donde partió hacia Nueva York con unos 795 pasajeros. Entre ellos había noruegos, daneses, suecos, rusos y personas de diversas nacionalidades. Muchos viajaban en condiciones precarias, tal como era habitual en los barcos de tercera clase de la época.
El impacto con las rocas Helen’s Reef
Cuando el SS Norge navegaba cerca de las islas Feroe, en el Atlántico Norte, el capitán decidió atravesar un sector conocido por su peligrosidad: la zona rocosa de Helen’s Reef. Según las investigaciones posteriores, la densa niebla y los errores de cálculo fueron determinantes.
A las 7:45 de la mañana del 28 de junio, el SS Norge chocó contra las rocas sumergidas. El impacto abrió una gran vía de agua en el casco y provocó que el barco comenzara a hundirse rápidamente. La situación se volvió crítica en cuestión de minutos.
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Un rescate imposible
La tragedia se agravó por dos factores:
- No había suficientes botes salvavidas para todos los pasajeros y tripulantes.
- El hundimiento fue más veloz de lo que se esperaba: en menos de 15 minutos, el barco ya estaba en una posición irrecuperable.
Los testimonios recuperados por Norway Heritage indican que muchos pasajeros quedaron atrapados en las cubiertas inferiores y que varios botes se voltearon debido al pánico generalizado y al fuerte oleaje.
Finalmente, sólo 160 personas lograron sobrevivir. La mayoría fueron rescatadas por barcos que pasaban por la zona horas después. El resto, 635 personas, perdió la vida en uno de los peores naufragios europeos anteriores al Titanic.
Por qué el naufragio del SS Norge cambió la historia marítima europea
El impacto del desastre fue enorme. El naufragio del SS Norge puso en evidencia:
- La falta de protocolos de seguridad adecuados para grandes barcos de pasajeros.
- La necesidad de mejorar los mecanismos de evacuación, especialmente para las clases más bajas.
- La urgencia de actualizar los sistemas de navegación y la cartografía de zonas peligrosas del Atlántico Norte.
Tras la tragedia, varios países europeos comenzaron a reforzar las regulaciones marítimas. El caso también ayudó a visibilizar los riesgos que enfrentaban los migrantes que viajaban en tercera clase, inspirando investigaciones y debates que influirían en futuras políticas de seguridad.
Datos clave del SS Norge
- Año de construcción: 1881 (Reino Unido).
- Peso y dimensiones: 3.359 toneladas y 105 metros de eslora.
- Fecha del naufragio: 28 de junio de 1904.
- Víctimas: 635 personas.
- Supervivientes: Aproximadamente 160.
El legado del SS Norge
Hoy, más de un siglo después, el SS Norge sigue siendo un símbolo de las dificultades que enfrentaron miles de europeos que emigraron hacia América. Su historia refleja no sólo la evolución del transporte marítimo, sino también los desafíos humanos detrás de cada travesía. El naufragio permanece en la memoria colectiva como un recordatorio de la importancia de la seguridad naval y de la fragilidad de las primeras rutas migratorias transatlánticas.
