Es una localidad diminuta, que está repleta de playas tranquilas, ubicadas entre Miramar y Necochea.
Aunque miles de personas sienten fanatismo por regresar, cada verano, a las ciudades balnearias más grandes del país, hay quienes eligen explorar lo desconocido, en busca de sitios tranquilos y muy pintorescos como Centinela del Mar.
Esta localidad, que pertenece a General Alvarado, se encuentra a mitad de camino entre Miramar y Necochea y es accesible mediante dos desvíos, que conectan el pequeño centro del pueblo con las rutas más transitadas de la región.
Y, aunque en el pasado ha tenido una población más multitudinaria, Centinela del Mar solo tiene cuatro habitantes estables, que administran los puntos turísticos, espacios gastronómicos y hospedajes del lugar.
Al ingresar en Centinela del Mar, los turistas suelen caminar hasta la playa, elegir el espacio que mayor comodidad les brindará y sentarse en sus reposeras para relajarse con la vista puesta en el horizonte.
Así es. La actividad más recomendada y frecuente entre los viajeros que vacacionan en este pueblo de Buenos Aires es disfrutar de sus enormes playas, que permanecen desérticas durante casi todos los días del año.
Pero, en el caso de buscar otro tipo de actividades en Centinela del Mar, existen una serie de lugares disponibles para conocer en profundidad. Un claro ejemplo es:
A excepción de alguna de las 20 casas del pueblo, que en ocasiones abren sus puertas para hospedar a los turistas, el único alojamiento oficial de Centinela del Mar es el parador “La Lagartija”.
Este sitio, considerado la mejor opción para pasar la noche, es una parada obligada para todos los turistas, ya que ofrece comidas, bebidas y hasta un paseo por una sala histórica, repleta de objetos y fotos de las comunidades Tehuelches que habitaron la zona.
Por último, en este recinto también es posible conocer algunos datos de cómo era Centinela del Mar hace millones de años, gracias a la conservación y hallazgo de numerosos restos fósiles.
Centinela del Mar mantiene su tranquilidad absoluta gracias a su ubicación. Pero, puntualmente, este factor también dificulta la llegada de turistas, que solo tienen dos alternativas para ingresar al pueblo:
Al momento de planificar el viaje, es fundamental tener en cuenta que ambas carreteras son de tierra y que durante o después de una lluvia intensa, representan un desafío para los conductores.
Finalmente, otro dato a tener en cuenta es que durante los recorridos mencionados e incluso en el centro del pueblo, los turistas no tendrán acceso a iluminación, ya que Centinela del Mar carece de alumbrado público, ni señal de telefonía. Solo dispone de algunos puntos con señal de internet inalámbrica.
Redacción - Ignacio Risso.
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