Mide 15 metros de altura, tuvo dos ubicaciones y cruzó el Río de la Plata hace más de 88 años.
Cordialidad argentino-uruguaya es el nombre que recibió un enorme monumento de la Ciudad de Buenos Aires, que en la actualidad se encuentra en el Parque Lezama, en el barrio de San Telmo.
En simples palabras, esta pieza de arte representa un regalo internacional, para celebrar la buena relación entre países y los 400 años de la primera fundación de la ciudad porteña, que Uruguay le realizó a Argentina.
Y, aunque ha permanecido en el Parque Lezama durante más de seis décadas, no muchas personas saben que esta no fue su primera ubicación.
La historia del monumento a la Cordialidad argentino-uruguaya comienza en 1935, cuando surgió como iniciativa del Rotary Club de Montevideo. Acto seguido, se realizó un concurso y, finalmente, la obra quedó en manos de los artistas Antonio Pena y Julio Vilamajó.
Al año siguiente, la pieza de 15 metros de altura y 4 metros de diámetro, quedó terminada. Por lo tanto, cruzó el Río de la Plata y llegó a Buenos Aires, donde recién se instaló a mediados de 1942.
Curiosamente, su primera ubicación fue el Parque Colón Sur, hoy conocido como Plaza Agustín P. Justo, rodeada por las avenidas Paseo Colón y Belgrano, así como también por las calles Moreno y Azopardo.
Dos décadas después, precisamente en 1962, se ordenó su traslado al Parque Lezama y, desde entonces, ha permanecido en el mismo sitio, emplazado en las cercanías de la intersección de la Avenida Martín García con la calle Irala.
Además de sorprender con su magnitud y diseño, el monumento a la Cordialidad argentino-uruguaya también tiene otro aspecto muy interesante, relacionado a los materiales que se utilizaron para su construcción.
Por un lado, los artistas Antonio Pena y Julio Vilamajó accedieron a las piezas de un antiguo crucero, que había sido desguazado. Y, por el otro, contaron con la colaboración de alumnos, oriundos de distintos puntos de Uruguay, que donaron miles de monedas de 10 centavos.
Tras recibir las piezas, se fundieron para aprovechar su material y, de esta manera, se accedió a 33.000 kilogramos de cobre, fundamentales para avanzar con el trabajo.
Como si no bastara con su historia y tamaño, los turistas que se detienen frente al monumento Cordialidad uruguayo-argentina, quedan sorprendidos con los detalles de su diseño.
Por lo tanto, en una caminata por el Parque Lezama, al observar con detenimiento cada rincón de esta pieza de arte, que es un Monumento Histórico Nacional, es posible contemplar:
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