Durante el siglo XX, el mapa de Argentina cambió muchas veces. A medida que el Estado nacional consolidaba su soberanía y reorganizaba el territorio, algunas regiones cambiaron de estatus, de límites y, en casos excepcionales, también de nombre.
Entre los episodios más llamativos se encuentra el de dos provincias que, durante pocos años, llevaron el nombre de figuras centrales de la política argentina.
Ambos casos ocurrieron a comienzos de la década de 1950, cuando dos antiguos Territorios Nacionales se transformaron en provincias. En ese contexto, y como parte de un clima político particular, Chaco y La Pampa adoptaron de manera transitoria los nombres de "Presidente Perón" y "Eva Perón".

Un poco de historia: el mapa de Argentina y los Territorios Nacionales
Durante gran parte del siglo XIX y comienzos del XX, extensas regiones del país no formaban parte de ninguna provincia. Eran los llamados Territorios Nacionales, administrados directamente por el Gobierno central. Uno de los primeros fue el Territorio Nacional del Gran Chaco, creado en 1872 por un decreto del presidente Domingo Faustino Sarmiento.
La incorporación de estos espacios respondía a una estrategia doble: expandir el control del Estado hacia el interior del país y asegurar las fronteras. Con el tiempo, leyes como la Ley Orgánica de Territorios Nacionales de 1884 ordenaron su administración y sentaron las bases para su futura provincialización.
Ese proceso culminó en 1951, cuando el Congreso sancionó la Ley 14.037, que convirtió en provincias al Chaco y a La Pampa. Fueron las primeras en cambiar de estatus, ya que luego le siguieron:
- Misioness,
- Neuquén,
- Río Negro,
- Chubut,
- Santa Cruz,
- Tierra del Fuego.
Las provincias argentinas que cambiaron de nombre
Tras obtener el rango provincial, tanto Chaco como La Pampa cambiaron de nombre por un corto período. En 1952, el antiguo Territorio Nacional del Gran Chaco pasó a llamarse Provincia Presidente Perón, mientras que La Pampa adoptó el nombre de Provincia Eva Perón, en homenaje a la Primera Dama fallecida ese mismo año.
Estos cambios coincidieron con un momento de fuerte reorganización institucional y quedaron registrados en mapas oficiales publicados a mediados de la década, como se ve en el siguiente:

Las denominaciones tuvieron vigencia entre 1952 y 1955. Tras el golpe de Estado de 1955, el gobierno de facto dispuso que ambas provincias recuperaran sus nombres originales, que se mantienen hasta la actualidad.
