El jerbo pigmeo de Baluchistán (Salpingotulus michaelis) es considerado el roedor más pequeño del mundo. Este singular animal, que parece sacado de un cuento fantástico por sus patas largas y cuerpo diminuto, mide tan solo entre 4 y 5 centímetros de largo, sin contar la cola, y pesa menos de 4 gramos.
Su tamaño lo convierte en un verdadero récord dentro del reino animal y en una de las especies más llamativas de Asia. Vive principalmente en las zonas áridas de Pakistán y Afganistán, especialmente en la región de Baluchistán, de donde toma su nombre. Allí, logra adaptarse a un ambiente hostil y seco gracias a sus sorprendentes características físicas y conductuales.
Hábitat y comportamientos del roedor más pequeño del mundo

Este pequeño roedor prefiere los desiertos pedregosos y arenosos, donde excava madrigueras que lo protegen del calor extremo durante el día. Al ser un animal nocturno, sale de su escondite por la noche para buscar alimento, compuesto principalmente por semillas e insectos pequeños.
Uno de los rasgos más distintivos del jerbo pigmeo de Baluchistán son sus patas traseras largas y delgadas, que le permiten moverse dando saltos, de manera similar a los canguros. Estos saltos no solo le ayudan a desplazarse rápidamente, sino también a escapar de posibles depredadores.
Su aspecto es considerado "adorable" por muchos observadores: posee una cabeza redondeada, orejas pequeñas y ojos grandes, características que lo han hecho famoso en redes sociales como una de las especies más "tiernas" del mundo animal.
Curiosidades sobre el roedor más pequeño del mundo
El jerbo pigmeo de Baluchistán no solo llama la atención por su tamaño, sino también por algunas curiosidades que lo hacen aún más fascinante:
- Dimensiones récord: mide entre 4 y 5 cm de largo y pesa menos de 4 gramos.
- Nombre científico: Salpingotulus michaelis, especie reconocida oficialmente en 1908.
- Adaptación extrema: puede sobrevivir en ambientes desérticos donde casi no hay agua, obteniendo la humedad que necesita de su dieta.
- Desplazamiento único: se mueve dando saltos largos, similares a los de los canguros, a pesar de su pequeño tamaño.
Un tesoro natural poco conocido

A pesar de su rareza, el jerbo pigmeo de Baluchistán sigue siendo un animal poco estudiado. Su vida en áreas remotas y su tamaño diminuto hacen que sea difícil de observar en la naturaleza. Sin embargo, cada descubrimiento sobre esta especie ayuda a comprender mejor la biodiversidad de los desiertos de Asia y la increíble capacidad de los animales para adaptarse a condiciones extremas.
El jerbo pigmeo de Baluchistán es un ejemplo perfecto de cómo, incluso en los rincones más inhóspitos del planeta, la naturaleza logra crear criaturas sorprendentes que despiertan nuestra curiosidad y admiración.

