Si algún día estás caminando por la calle y cae una lluvia repentina, abundante y de poca duración, que te sorprende sin paraguas, entonces presenciaste un aguacero.
A diferencia de una llovizna o de un diluvio, lo característico de los aguaceros es su carácter sorpresa. Lo más probable es que caigan dentro de un pronóstico general de precipitaciones y no en un día soleado y sin nubes. Pero lo más común es que ocurran prácticamente "de la nada".
Como sucede con algunos fenómenos naturales –como una tormenta–, la palabra "aguacero" también se utiliza para referir a determinadas situaciones cotidianas. Por ejemplo, decir que a alguien "le cayó un aguacero" cuando recibió muchos insultos o incluso golpes inesperados, que lo tomaron de sorpresa.
¿Cuál es el origen del término?
El término aguacero se divide en dos, y aunque pueda parecerlo, no lo hace en los términos "agua" y "cero". La primera parte deriva de aguaza, que es un humor que destila de algunas plantas y a su vez deriva, por supuesto, de agua.
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Por otro lado está el sufijo -ero, que tiene muchos sentidos pero en este caso puede tomarse como el lugar donde abunda o se deposita algo. Así, un aguacero podría interpretarse como el "lugar donde abunda el agua".
¿Cuáles son los sinónimos de "aguacero"?
Aunque en algunos países se utilice la palabra aguacero, lo más común es escuchar los términos "chubasco" y "chaparrón" para hablar de una lluvia repentina e intensa. Depende, como sucede con todas las variantes, del país donde se esté hablando. A esos dos sinónimos, se suman palabras como:
- Chaparrón.
- Chubazo.
- Temporal.
- Chaparrada.
- Invierno.
- Algarazo.
- Baldazo.