La Luna es el único satélite natural de la Tierra y tiene varios efectos muy importantes sobre ella. El de las mareas es causado por la influencia gravitatoria del satélite, por ejemplo.
La Luna orbita alrededor de la Tierra mientras ambos cuerpos giran mutuamente sobre un único punto, es decir, el centro de su propia masa. Nuestro planeta es mucho más chico que la Luna: mide alrededor de una cuarta parte de su diámetro.
Parece que brilla con luz propia, pero en realidad refleja la luz del Sol. Da vueltas alrededor del planeta a una distancia media de 384.000 kilómetros.
La Luna se nos aleja
La Luna se está alejando, cada día y de forma imperceptible, de la Tierra. Lo hace a una velocidad estimada de 3,82 centímetros por año, lo que nos indica que algún día va a desaparecer por completo de nuestra vista, aunque obviamente faltarían algunos miles de millones de años para ello. Pero, ¿por qué sucede esto?
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Pasa que la fricción que genera la Luna entre la superficie terrestre y los océanos provoca que la rotación de la Tierra sobre su eje se desacelere de a poco y el satélite terrestre se distancie a un ritmo constante. Veamos este fenómeno.
La relación entre la rotación de la Tierra y la distancia al satélite
Cuando la Tierra rota sobre su axis, se enfrenta a la gran fuerza de rozamiento que generan los océanos que la recubren; con el paso del tiempo, esta fuerza hace que la Tierra gire cada vez más lento sobre su eje.
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Ya que el planeta y la Luna están unidas gravitacionalmente, a medida que el movimiento en la Tierra se ralentiza, el de la Luna se acelera. Como resultado de la aceleración, la fuerza centrífuga aumenta, tira del satélite hacia afuera y la separa progresivamente de nuestro planeta.
