¿Sabías que los imanes pegados en tu heladera son protagonistas de uno de los fenómenos físicos más sorprendentes y divertidos? Vamos a conocer más sobre este interesantísimo tema.
El magnetismo es un fenómeno físico consistente en que dos o más elementos interactúan entre sí por medio de su mutua atracción o repulsión. El magnetismo, entonces, es la fuerza de atracción que ejercen determinados cuerpos, como los imanes, en una región del espacio denominada campo magnético. Podemos ver cómo funciona el magnetismo con solo acercar un objeto metálico a un imán, al que quedará pegado. También podemos acercar un imán a otro, y veremos cómo se rechazan.
Nuestro planeta posee un campo magnético, formado por los polos magnéticos. Funciona como un imán gigantesco, que influye sobre los objetos metálicos.
El fenómeno de atracción y repulsión se debe a que los imanes poseen dos polos, uno negativo y otro positivo. Los polos iguales se repelen y los opuestos se atraen.
El material del imán es un tipo de hierro que tiene propiedades magnéticas, llamado magnetita. Tiene la capacidad de atraer algunos minerales (hierro, cobalto, acero, níquel). Posee dos polos magnéticos: el norte y el sur.
Magnetismo y electricidad están relacionados. En 1820, el científico danés Hans Christian Oersted descubrió que un cable por el que circula corriente eléctrica se comporta como un imán. Muchos años después, ese estudio permitió crear muchas tecnologías. ¿Por ejemplo? Las grúas que sirven para remover chatarra metálica. La principal ventaja de este descubrimiento es que podés controlar el campo magnético. Claro: al interrumpir la electricidad, eliminás el campo magnético.
La brújula fue uno de los primeros instrumentos creados por el hombre aprovechando el magnetismo. Sirve para orientarse, ubicando los puntos cardinales, y se usa especialmente en barcos y aviones. Posee un imán en forma de aguja que, atraído por el campo magnético terrestre, gira sobre su eje y se orienta en la dirección de los polos magnéticos de la Tierra. Claro, indica la dirección norte-sur.
Existen cuerpos que por su composición poseen propiedades magnéticas naturales. Hay otros, los imanes artificiales, que adquieren esas propiedades al ser frotados con otro imán, o cuando reciben una corriente eléctrica.
Existen metales con o sin propiedades magnéticas. Por ejemplo, los objetos de hierro y de aleaciones que lo contienen son atraídos por los imanes. En cambio, metales como el cromo no poseen esa cualidad.
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