Hay planetas grandes y pequeños, pero todos tienen características comunes. Su forma es esférica debido al equilibrio que produce en su masa la fuerza de gravedad. Todos giran alrededor de una estrella, que en el caso de la Tierra es el Sol. Y al momento de su formación todos fueron capaces de alejar las rocas y los asteroides de la órbita por la que ahora se desplazan. Además, a diferencia de las estrellas, no emiten luz propia, sino que reflejan la que les llega de su “estrella madre”.
Planetas interiores y exteriores del Sistema Solar
Los planetas más conocidos son los que conforman el Sistema Solar. Son ocho y es posible clasificarlos en “interiores” y “exteriores” según su distancia con respecto al Sol. Entre los primeros se encuentran Mercurio, Venus, la Tierra y Marte (todos ellos formados por cuerpos rocosos). Los “exteriores” son los más grandes: Júpiter (el mayor de todos), Saturno, Urano y Neptuno. En estos últimos la atmósfera es más inestable y a su alrededor orbitan varias lunas.
¿Cómo se forman los planetas?
En el proceso de formación de un planeta, que lleva millones de años, juega un papel fundamental la fuerza de gravedad. Rocas muy parecidas a los asteroides se van uniendo por atracción, hasta que todas juntas adoptan una forma casi esférica. Cuando su órbita está limpia de escollos se puede hablar de la formación de un nuevo planeta.
Plutón, el planeta enano
Hasta no hace mucho se consideraba a Plutón el noveno planeta, pero ya no. Los telescopios modernos sirvieron para descubrir que todavía no despejó su órbita de rocas y cuerpos celestes, así que se lo considera un planeta enano. A su alrededor orbitan cinco lunas.
¿Hay vida en otros planetas?
Por ahora nadie ha podido demostrar la existencia de vida fuera de la Tierra. No obstante, hay señales de que podría desarrollarse en Marte y también en otros planetas del Sistema Solar.
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