Un astronauta es una persona entrenada para viajar al espacio. Esta definición sencilla, sin embargo, encierra una profesión muy compleja y admirada en todo el mundo. No en vano, la palabra significa exactamente lo que hace un astronauta.
El término está formado por dos de origen griego: "astro", de astron (ἄστρον), que quiere decir "estrella"; y "nauta", de nautes (ναύτης), que se traduce como "navegante". Por lo tanto, "astronauta" significa literalmente "navegante de las estrellas" o "aquel que navega por las estrellas".
¿Un cosmonauta hace lo mismo?

En realidad, ambos términos refieren a lo mismo: personas que viajan al espacio. Sin embargo, “astronauta” es la palabra que predomina en países de habla inglesa y en buena parte del mundo occidental, mientras que “cosmonauta” se usa en Rusia y en países vinculados a la ex Unión Soviética.
Existen otros términos, como “taikonauta” para los viajeros espaciales de China, que significa "navegante del espacio". Como vemos, todos apuntan a lo mismo, pero varían según las tradiciones y lenguas de cada país.
¿Cómo es el entrenamiento de un astronauta?
Convertirse en astronauta requiere mucho trabajo. Antes de subir a una nave, cada persona debe superar un entrenamiento exigente que puede durar varios años. El objetivo principal es preparar el cuerpo y la mente para soportar las condiciones extremas del viaje espacial.

Según la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), el entrenamiento incluye:
- Ejercicio físico intenso: en la Tierra, los astronautas se entrenan a diario con rutinas similares a las que mantendrán en el espacio, para evitar la pérdida de masa muscular y ósea provocada por la microgravedad.
- Simuladores de vuelo y gravedad cero: realizan prácticas dentro de naves sumergidas en piscinas enormes o en aviones que simulan la ingravidez.
- Preparación médica y de emergencia: deben estar listos para actuar en situaciones de riesgo, operar equipos técnicos y asistir a sus compañeros si algo sale mal.
Además, el entrenamiento incluye clases teóricas, ejercicios de supervivencia y simulacros de misiones a bordo de réplicas de la Estación Espacial Internacional. La formación es exigente, pero fundamental: todo astronauta necesita un cuerpo fuerte, una mente entrenada y la capacidad de trabajar en equipo bajo presión.

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