La pasta de dientes tiene un origen tan antiguo como sorprendente. Mucho antes de que existieran los tubos que usamos hoy, las civilizaciones ya se preocupaban por la higiene bucal. Los primeros registros de dentífricos se remontan al Antiguo Egipto, alrededor del año 3000 a. C., cuando se utilizaba una mezcla abrasiva hecha con piedra pómez pulverizada, cenizas de huesos de animales, mirra, cáscara de huevo y agua.
Los griegos y romanos también desarrollaron sus propias fórmulas. Los griegos usaban ingredientes como polvo de coral y piedra caliza, mientras que los romanos le añadían sustancias aromáticas como la menta para mejorar el sabor. En China e India, hacia el siglo IV a. C., ya se utilizaban fórmulas similares con hierbas y extractos naturales.
La evolución hacia la pasta de dientes moderna

Durante siglos, la limpieza dental se realizaba con polvos dentales secos. Recién en el siglo XIX, comenzaron a desarrollarse productos más parecidos a los dentífricos actuales. En 1824, el dentista estadounidense Peabody añadió jabón a las fórmulas para mejorar su efecto limpiador. Décadas más tarde, hacia 1873, se comenzó a vender pasta dental en frascos y, a partir de 1896, en tubos metálicos.
La gran revolución llegó en el siglo XX, cuando los avances en la ciencia permitieron incluir ingredientes como el fluoruro, clave para prevenir las caries. Desde entonces, la composición fue mejorando, con agentes antibacterianos, blanqueadores y compuestos para fortalecer el esmalte dental.
¿Qué contiene hoy la pasta de dientes?
Actualmente, la pasta de dientes es un producto elaborado con precisión y con ingredientes que cumplen funciones específicas. Entre sus componentes principales se encuentran:
- Fluoruro de sodio: protege contra las caries.
- Abrasivos suaves: como sílice, que ayudan a remover la placa.
- Agentes humectantes: que mantienen la pasta húmeda, como el glicerol.
- Saborizantes: como la menta, para dar sensación de frescura.
- Espumantes: como el lauril sulfato de sodio, que ayudan a distribuir el producto por toda la boca.
Curiosidades sobre la pasta de dientes

A lo largo del tiempo, este producto ha acumulado varias curiosidades. Algunas de las más llamativas son:
- En la Segunda Guerra Mundial, la pasta de dientes con flúor se popularizó entre los soldados, y luego su uso se extendió al resto del mundo.
- Hay pastas dentales especiales para animales, con sabores como pollo o pescado.
- Existen versiones naturales con ingredientes como el carbón activado, el bicarbonato de sodio y aceites esenciales.
Un elemento clave de la rutina diaria
La pasta de dientes es, hoy en día, un producto indispensable. Usarla dos veces al día no solo mantiene la boca limpia, sino que previene enfermedades y refuerza la salud general. Y aunque parezca un producto moderno, su historia muestra cómo la humanidad siempre buscó formas de cuidar su higiene dental.

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