En el habla cotidiana de España, y especialmente en Madrid, es común escuchar que la frase "ser más chulo que un ocho". Pero, ¿qué significa exactamente? Y, sobre todo, ¿de dónde viene esta curiosa expresión que mezcla números con actitudes?
Usada tanto para elogiar como para criticar, esta frase se refiere a personas que se muestran seguras de sí mismas, con cierto aire de arrogancia, estilo o desparpajo. A veces se usa para hablar de alguien bien vestido; otras, para señalar una actitud altanera.
El curioso origen de "ser más chulo que un ocho"

El dicho popular tiene una historia que se remonta a fines del siglo XIX y comienzos del XX. En esa época, en la ciudad de Madrid, comenzaron a circular tranvías eléctricos que facilitaron el transporte urbano. Fue recién en 1905 cuando estos vehículos comenzaron a identificarse con números, según su recorrido.
El famoso número 8 correspondía a la línea que unía el parque de La Bombilla con el Hipódromo. Este recorrido se volvió muy popular durante las fiestas locales, ya que llevaba a los madrileños a uno de los puntos de encuentro más concurridos para bailar, celebrar y lucir sus mejores galas.

Durante esas celebraciones, los vagones del tranvía 8 se llenaban de chulapos y chulapas, hombres y mujeres vestidos con los trajes típicos de Madrid. El desfile de sombreros, pañuelos, claveles y chalecos dio origen a la comparación: no había nada más “chulo” que un tranvía número 8 repleto de gente elegante y orgullosa de su estilo.
¿Qué significa ser “chulo” en este contexto?
En España, el término "chulo" no siempre tiene el mismo sentido. Puede usarse de manera positiva o negativa, según el contexto.
En el caso de esta expresión, el significado se vincula con la autoestima elevada, la seguridad en uno mismo y una actitud algo desafiante, pero también con cierto atractivo o estilo. Por lo general, alguien que es “más chulo que un ocho”:
- Tiene una actitud confiada y segura,
- Se viste con estilo o con ropa llamativa,
- Habla con desparpajo o picardía,
- Puede mostrar cierto aire de superioridad,
- En algunos casos, se lo considera simpático por su forma de ser.
Es decir, no es sólo alguien arrogante: es una persona que se impone, que llama la atención y que, a veces, se gana la simpatía del entorno gracias a su carisma.

