En diciembre, las casas se colman de luces de Navidad. Algunas familias las colocan el primer día del mes, otras esperan al 8 de diciembre para iluminar sus hogares con distintos colores y otras lo hacen el mismo día de Nochebuena.
Lo cierto es que, al igual que la práctica de decorar, el invento de las luces de Navidad ocurrió en Estados Unidos hace más de 140 años. Para muchos, se trató de un accidente afortunado producto de la invención y perfeccionamiento de las bombillas de luz.
¿Cuándo se inventaron las luces de Navidad?
El siglo XIX fue el de los grandes inventos y descubrimientos: la heladera, el papel higiénico, el fonógrafo, el cinematógrafo, el teléfono, el avión y la bombilla eléctrica son algunos de los que revolucionaron los modos de vida en todo el mundo.
Las luces de Navidad, que se suman a dicha lista de creaciones, surgieron gracias a dos hechos puntuales (que van de la mano):
- El descubrimiento de la electricidad, al que muchos científicos e inventores aportaron durante siglos.
- La creación de la bombilla eléctrica, que fue perfeccionada por Thomas Edison. Los primeros prototipos hechos por científicos e ingenieros se rompían con facilidad o duraban poco.
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Para 1882, uno de los socios que trabajaba con Edison, Edward Johnson, decidió unir 80 focos de luz con alambre, los conectó a un generador y los colocó sobre un árbol de Navidad. Ya era parte de la tradición decorar los árboles con velas y otros adornos, pero había que tener mucho cuidado por el peligro de incendio.
Ese año, sin embargo, Johnson decidió darle un toque personal y hacer algo distinto. ¿Cuál fue el desenlace? Un poco, el que todos ya conocemos.
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Cuando el presidente de Estados Unidos decoró su árbol
Johnson era vicepresidente de la Edison Electric Light Company ("Compañía de luz eléctrica Edison") y amigo de Edison. Aunque no conocía de electricidad, tuvo la idea -o quizás la idea fue de su esposa o alguno de sus hijos, pero jamás lo sabremos- de decorar un árbol con 80 bombillas pequeñas de color rojo, azul y blanco. Los mismos colores de la bandera de Estados Unidos.
Le entusiasmó de tal forma que al año siguiente decidió repetir el experimento y lo mismo en los años siguientes, agregando más focos cada vez. En 1884 contó con 120 bombillas y una multitud de gente que se acercaba a presenciar el árbol iluminado.
Las noticias viajaban rápido, y para 1885 el presidente de Estados Unidos, Grover Cleveland, decidió decorar el árbol de la Casa Blanca con las -ahora- famosas luces de Navidad. Por un tiempo, sin embargo, sólo personas con mucho poder adquisitivo podían comprarlas.
Recién en 1903 se diseñaron algunos kit pre-armados de estas luces coloridas, que se volvieron más accesibles aunque seguían siendo caras. Para la década de 1930, gran parte de la población de Estados Unidos decoraba sus casas, un práctica que luego se extendió a muchos países del mundo.