El Museo de Arte de San Pablo es uno de los sitios más destacados de la ciudad brasileña y no solo por la relevancia y belleza de las valiosas colecciones de arte que hay en su interior. Sino que también sorprende por la estructura del edificio.
Como se aprecia en pantalla, esta construcción se puede describir rápidamente como un inmenso rectángulo elevado de hormigón pretensado, que se sostiene gracias a la fuerza de sus característicos pilares de color rojo.
Dada estas características, el establecimiento sorprende, desde 1968 y hasta la actualidad, a los miles de turistas y locales que lo visitan cada año.
¿Dónde funcionó el Museo de Arte de San Pablo hasta 1968?

Aunque el edificio es el protagonista de esta nota, es importante aclarar que su inauguración ocurrió más de dos décadas después de la fundación del Museo de Arte de San Pablo, también conocido como MASP.
Puntualmente, su historia comenzó el 2 de octubre de 1947, cuando abrió al público dentro de una sala de mil metros cuadrados, en el interior del edificio sede de la firma “Diários Associados”.
Si bien el espacio era pequeño, causó furor entre los fanáticos del arte, dado que, entre sus obras más valiosas, tenía una de Picasso y otra de Rembrandt.
Ante el éxito rotundo, el Museo de Arte de San Pablo se amplió en 1950 y ocupó tres niveles del edificio ya mencionado. Acto seguido, inició una de sus décadas doradas, ya que un gran porcentaje de sus obras viajaron por Europa y Estados Unidos para ser parte de muestras itinerantes.
¿Quién tuvo la idea de albergar el Museo de Arte de San Pablo dentro de este moderno edificio?

En el cierre de los años 50’s, se avanzó con un proyecto innovador que consistía en la construcción de una sede propia para el Museo de Arte de San Pablo. Y, si bien muchas personas formaron parte de la idea inicial, la mayor protagonista fue la arquitecta italo-brasileña Lina Bo Bardi, que estuvo a cargo de la construcción.
Tras una serie de acuerdos, se decidió que el edificio se construyera sobre el terreno de un antiguo edificio de San Pablo, que se demolió años atrás. Así, los trabajos comenzaron en 1956 y finalizaron más de una década después con la tan ansiada inauguración, que se materializó el 7 de noviembre de 1968.
A partir de la fecha mencionada, se aprovechó cada espacio de los 10 mil metros cuadrados disponibles para albergar miles de obras, que abarcan desde la Antigüedad clásica y hasta el arte contemporáneo.
Es por eso que, desde 2003, el Museo de Arte de San Pablo permanece bajo la protección del Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional.
¿Qué detalles arquitectónicos de la sede actual del Museo de Arte de San Pablo aún sorprenden?

La sede actual del Museo de Arte de San Pablo impacta a los visitantes con su arquitectura, dado que su cuerpo principal es una estructura de hormigón de 74 metros de longitud, sostenida sobre cuatro pilares laterales.
Al momento de su inauguración, la ciudad brasileña tenía construcciones muy distintas a la mencionada. Por lo tanto, causó asombro, sobre todo en aquellas personas que no comprendían cómo esta mole no necesita puntos de apoyo en su zona central.
Entre los límites de un volumen suspendido y un basamento aterrazado, el Museo de Arte de São Paulo enmarca un espacio colectivo que funciona como ágora e invita a los ciudadanos a formar parte del museo. Con el objetivo de no interrumpir la vista sobre la zona norte de la ciudad dos inmensos pórticos salvan una luz de setenta metros en la dirección de la avenida Paulista.
Finalmente, una vez que se ingresa al establecimiento, también es llamativa la variedad de espacios disponibles. Allí es posible encontrar:
- Una sala de exposición didáctica.
- Dos salas de exposiciones temporales.
- Dos auditorios.
- Una pinacoteca.
- Una fototeca.
- Una filmoteca.
- Un restaurante.
- Una videoteca.
- Una tienda de regalos.
- Oficinas.
- Talleres.
¿Cómo se puede visitar este sitio?

El Museo de Arte de San Pablo, que en el idioma local se escribe “Museu de Arte de São Paulo”, se ubica sobre la avenida Paulista de la ciudad brasileña de San Pablo, frente al parque Trianon.
La buena noticia es que se puede visitar todos los días de semana (excepto los lunes), entre las 10 y las 18 horas (sábado, domingo, jueves, miércoles y jueves). En el caso de los martes, el horario se extiende hasta las 20 horas y, los días viernes, cierra a las 21 horas.

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