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Victoria Ocampo y Gabriela Mistral: la historia de la amistad que sostuvieron las escritoras por correspondencia durante más de 30 años

Fueron dos referentes de la literatura latinoamericana, y además fueron grandes amigas. Entre las muchas coincidencias que tuvieron en sus vidas, una que se destaca es que las dos cumplían años el mismo día, un 7 de abril.

Tanto Gabriela Mistral como Victoria Ocampo fueron figuras intelectuales importantes a nivel nacional e internacional. Su amor por la literatura y sus ideas acerca de los derechos civiles, políticos y económicos que las mujeres debían conquistar, las hizo acercarse. Comenzaron por escribirse cartas en 1926, cuando aún no se conocían personalmente y se escribieron durante treinta años.

En este intercambio epistolar, se contaban sobre sus actividades profesionales, compartían lecturas literarias y reflexionaban sobre el continente americano. Entre las muchas coincidencias que tuvieron en sus vidas, una que se destaca es que las dos cumplían años el mismo día, un 7 de abril.

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En aquellos tiempos, el intercambio de correspondencia que Gabriela y Victoria realizaban era una de las pocas maneras de estar conectadas con lo que sucedía en el mundo. A través de las cartas, se unían en la distancia y manifestaban sus ideas. Victoria, acerca de la correspondencia con Gabriela, dijo: “comunicarse por escrito una persona con otra. Atenderse y amarse recíprocamente: ésta es la definición que da el diccionario de la palabra corresponder. Cartearse es eso o no es nada.” A su vez, para Mistral escribir cartas era un encuentro entre la prosa y la poesía, aun cuando sus temas se referían a lo cotidiano.

Victoria Ocampo
Victoria Ocampo y su revista Sur

Victoria Ocampo nació en Buenos Aires, en 1890. Perteneció a una familia rica. De pequeña quiso ser actriz, pero su familia no lo permitió porque no lo consideraban una profesión aceptable para una niña de su clase. Entonces, Victoria se dedicó a la literatura y comenzó a escribir ensayos literarios en francés para el diario La Nación. Además de los ensayos, escribió poemas, teatro y sus memorias, y llegó a ocupar un lugar central en la vida cultural de su país. Sin embargo, siempre fue más reconocida como gestora cultural que como escritora por haber fundado y editado la revista Sur donde publicó la obra de importantes referentes de la literatura de su época. En una de sus cartas a Victoria, Gabriela le da su opinión sobre este asunto:

“A mí no me importaría mucho su caso si tuviese la deshonestidad de los y las literatoides que le niegan a Ud. categoría de escritor. Pero desde que leí su primer libro (De Francesca a Beatrice) yo supe que Ud. entraba en la escritura literaria con cuerpo entero. Si yo creyese, con los mismos envidiositos, que su radio de influencia es sino el de un grupo de señores snobs, no perdería mi tiempo escribiéndole. [...] Pero yo sé que, a través de SUR principalmente, Ud. llega y obra sobre nuestros mozos sudamericanos. La revista no puede virar sin que vire Ud. misma desde las entrañas” (Citada en Esta América Nuestra, 1935).

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Victoria fue miembro de la Academia Argentina de Letras y Gabriela ganó el Premio Nobel de Literatura. En ambos sucesos, fueron las primeras mujeres latinoamericanas en estar en ese lugar.

Gabriela Mistral en los tiempos en que ganó el Nobel.

Gabriela nació en 1889 en la región de Coquimbo, Chile, y fue bautizada como Lucila Godoy Alcayaga. De niña deseaba dedicarse a la enseñanza como su padre, pero su familia no podía pagarle los estudios. Así que se formó a sí misma, trabajando como ayudante en diversas escuelas. Años más tarde, sin pasar por el magisterio, recibió el título oficial de profesora, lo que le permitió trabajar en colegios secundarios de todo el país. Llegó a ser tan reconocida como educadora que viajó a México, invitada por el gobierno, para colaborar en la reforma educativa que se estaba gestando allí. Mientras se desempeñaba como profesora, Lucila escribía artículos sobre educación y también poemas. Se inventó un seudónimo, Gabriela Mistral, para homenajear a los poetas Gabriele D’Annunzio y Frédéric Mistral, a quienes admiraba profundamente. Ganó el Premio Nobel de Literatura en 1945 por “su poesía lírica que, inspirada por emociones poderosas, ha hecho de su nombre un símbolo de las aspiraciones idealistas del mundo latinoamericano entero”. Gabriela es una de las escritoras más reconocidas de Latinoamérica. Décadas después de su fallecimiento, sus textos siguen cobrando vida cada vez que alguien los lee.

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