El deseo de libertad de las mujeres estuvo presente en todas las décadas. En 1920, fue fotografiada la "primera rebelde de la historia". Al menos así catalogaron a Lucette Desmoulins, la actriz francesa que se animó a posar de forma "poco femenina" para una foto.
Mujeres poco convencionales
La joven era Flapper, es decir, tenía un estilo de vida poco convencional para ser mujer. Quienes formaban parte de este movimiento vanguardista usaban faldas cortas, no llevaban corsé, se maquillaban en cantidad, bebían, fumaban, leían, iban a muchas fiestas y escuchaban música inédita que también bailaban.
Las Flappers surgieron luego de la Primera Guerra Mundial, cuando las mujeres debieron salir a trabajar porque muchos hombres habían sito heridos o muertos en combate. Aprovechando que la población masculina había disminuido notablemente por la guerra, dejar atrás el estigma machista parecía posible. Las más jóvenes fueron las que empezaron a reunirse en los bares que habían quedado deshabitados en medio de la crisis para compartir sus ideales.
Meses más tarde, lograron transformarlos en clubes de jazz donde bailaron hasta altas horas de la noche, bebieron alcohol y fumaron al igual que los hombres. Además, fue en esos salones que las mujeres exhibieron las prendas que, tiempo más tarde, formaron parte de la historia de la moda.
Las Flappers fueron íconos durante los años 20 y, aunque en su momento fueron repudiadas por lucir provocativas, con el tiempo asentaron un estilo propio. Las faldas cortas, los sombreros cloché y los vestidos rectos con amplios escotes fueron símbolos de rápida identificación.
Sin embargo, el revuelo más fuerte no lo causaba la vestimenta sino la cantidad de maquillaje que utilizaban: se colocaban mucho polvo sobre la piel para lucir más pálidas. Además, resaltaban sus bocas con labiales rojo carmín y recargaban sus ojos con delineador negro.
Aunque tuvo popularidad y causó revolución, la era Flapper no sobrevivió la crisis de 1929. Fue sustituida por la moda de los años 30, que buscaba enaltecer a la mujer y mostrarla elegante pero menos provocativa.