Una línea divisoria de aguas -también llamada divisoria hidrográfica- es un trazo imaginario que separa dos cuencas de agua que fluyen de forma contigua pero en direcciones distintas.
El agua que se recoge en línea divisoria -por ejemplo cuando llueve o se derrite el hielo en las montañas o en la meseta- se filtra en el suelo o fluye en ríos, arroyos, y lagos. Esta funciona, así, como un límite geográfico que determina a qué cuenca fluirá el agua de cada una de las áreas mencionadas.
Es como una frontera invisible en el terreno. Podemos imaginar, por ejemplo, una montaña. Cuando llueve, el agua que cae en un lado de la montaña fluye hacia un río, mientras que el agua del otro lado se va hacia otro. La línea que separa estos dos flujos se llama línea divisoria de aguas.
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Ejemplos
Algunos ejemplos de lugares del mundo donde podemos encontrar esta clase de delimitación hidrográfica son:
- La Cordillera de los Andes - En Argentina, la parte occidental de la cordillera sirve como línea divisoria de aguas entre las cuencas del Atlántico y del Pacífico.
- Gran Divisoria - En Australia, la Gran Divisoria actúa como la línea principal entre las cuencas del Pacífico y del Índico.
- Divisoria continental de América - Separa dos aguas: las que terminan drenando en el océano Pacífico y las que drenan al Atlántico.
- Cordillera de Karakórum - Al norte de India, esta cordillera forma la gran divisoria de aguas, separando el sistema del río Indo de los de Asia Central.
¿De qué sirve la línea divisora de aguas?
Esta división es esencial para:
- Saber cómo están interconectados los sistemas hidrológicos.
- Reducir los riesgos naturales.
- Definir la estructura física y espacial de las redes de drenaje natural del agua.
- Delimitar política y administrativamente las regiones.
- Gestionar los recursos naturales y usarlos para el desarrollo de actividades humanas.
- Comprender cómo se distribuye el agua en una determinada región.