Las fábulas de Esopo son un conjunto de pequeñas historias que se le atribuyen al escritor griego Esopo. Las misma tienen mucha trascendencia en la literatura universal, sobre todo aquella que es contada a niños y niñas.
Seguramente escuchamos estas fábulas más de una vez, y si bien suelen escucharse en los primeros años de vida, siempre volvemos a toparnos con sus historias.
¿Cuáles son las características principales de estas historias?
Las fábulas son historias breves, divertidas y dinámicas, que tienen el objetivo de dejar alguna enseñanza moral. Además, pueden estar escritas en prosa o en verso (como suelen escribirse muchos poemas).
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Uno de los rasgos más notorios de las fábulas es que están protagonizadas por animales, dioses u objetos personificados. Así, el valor que busca transmitirse se logra mediante personajes poco usuales pero bastante llamativos.
Por último, dos características más: los relatos son lineales y, además, atemporales. Esto explica también por qué, a pesar del paso de los siglos, llegaron hasta el día de hoy.
¿Cuáles son las fábulas de Esopo más conocidas?
Como muchas leyendas, historias y mitos, las fábulas se traspasan de continente en continente, y de generación en generación. Basta con pensar que Esopo era de Grecia y escribió estas breves historias hace más de 2.500 años.
Si bien no todas fueron escritas por él, se le atribuyen varias por su escritura prolífica, que lo llevó a componer más de 400 fábulas. Entre las más conocidas, se encuentran:
- La liebre y la tortuga, que nos enseña sobre la constancia y el esfuerzo al querer conseguir algo.
- El pastor y el lobo, que nos enseña que "nadie cree al mentiroso cuando dice la verdad".
- La hormiga y la paloma, que representa "haz el bien sin mirar a quien".
- El lobo con piel de oveja, que enseña que mentir y engañar siempre traen problemas.