Loris Malaguzzi fue un maestro y pedagogo italiano que creó la metodología educativa “Reggio Emilia”. Trabajó con gran dedicación en la construcción de una experiencia de calidad educativa distinta de las que se conocían hasta el momento. Creía en una transformación social que condujera a la equidad, la participación y el protagonismo por parte de todos. Pero, sobre todo, estaba interesado en dar identidad, voz y derecho de palabra a todos los sujetos que forman parte de la comunidad educativa (niños, niñas, familias y educadores). Malaguzzi pensaba en una escuela que reconociera a todos los sujetos la libertad y la legitimidad de poder aprender dentro de las diferencias con múltiples accesos al mundo y al conocimiento. De ahí su creación del modelo educativo “Reggio Emilia”.
¿En qué consiste el método “Reggio Emilia”?
El método “Reggio Emilia” consiste en la presencia de varios educadores en el aula, así como también la participación de las familias y el desarrollo del conocimiento creativo de los niños y niñas. Es una enseñanza que promueve que los estudiantes se valgan de su entorno e imaginación para aprender. Esta pedagogía parte siempre de los intereses y de las experiencias de los niños, en vez de partir de un currículum con unas materias y unos objetivos establecidos. Su forma de enseñanza está dirigida hacia los puntos de interés que van marcando los alumnos a lo largo del proceso de desarrollo.
Las cuatro premisas del método “Reggio Emilia”
El método “Reggio Emilia” se basa en cuatro premisas: los niños son los protagonistas de su propio aprendizaje, los docentes son meros guías que acompañan a los alumnos, los chicos tienen que trabajar en equipo y las familias deben tener un rol activo en la educación de sus hijos.
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