Leer es el acto de pasar la vista por un texto escrito y hacer interpretaciones mentales o traducir las palabras en sonidos. Pero hay muchas formas de leer. En esta nota, Billiken te cuenta cuáles son.
Leer implica percibir y comprender la escritura. Pero existen muchas formas de hacerlo. A continuación, Billiken te cuenta cuáles son las 28 maneras de leer.
Consiste en leer en voz alta y pronunciar las palabras mientras se las lee. Está limitada por la velocidad de habla.
Es aquella en la que solamente se perciben y procesan las palabras internamente, sin pronunciarlas en voz alta. En este caso, no hay limitaciones por la velocidad de habla.
Mediante este tipo de lectura, el proceso de leer se realiza detenidamente para comprender exhaustivamente todo el texto.
Este tipo de lectura implica partir de un texto completo y leer solamente la parte que más nos interesa.
En contraposición a la lectura selectiva, la lectura integral consiste en leer el texto completo, sin seleccionar las partes que más nos interesan. Es decir, es la lectura de un texto desde arriba hacia abajo.
Se produce generalmente en un ambiente escolar. Una persona (maestro o maestra) lee en voz alta un texto con el objetivo de que los alumnos sigan el mismo texto en sus libros y lean silenciosamente mientras escuchan.
Es aquella que, también en un ámbito académico pero con personas de edades más avanzadas, consiste en leer un texto con el objetivo de entender procedimientos o conceptos de alguna disciplina determinada.
Consiste en leer algo “en diagonal”. En este caso, no se hace un proceso de profundización, sino que el objetivo es leer el máximo número de palabras en el menor tiempo posible para quedarse con una idea general.
Consiste en un proceso de comprensión profunda del texto, por lo que es posible que haya que leer un mismo fragmento varias veces, tantas como sean necesarias para comprenderlo en su totalidad.
Se trata de la lectura de un texto sin que haya un deseo de hacerlo. Es la más frecuente, ya que las personas suelen leer día a día, de forma inconsciente, determinados carteles, señales, anuncios y marcas que se encuentran en las calles o en los medios de comunicación.
Mediante este tipo de lectura, las personas leen un texto entero pero sin profundizar demasiado en la información. En este sentido, es similar a la lectura rápida, ya que tiene también el objetivo de seleccionar la información más importante, aunque en este caso no hay una voluntad para leer rápidamente.
Consiste en leer cualquier texto por el simple placer de leer, es decir, sin una necesidad (de tipo escolar o académica, por ejemplo) clara.
Es aquella que se realiza con textos en los que aparecen distintos interlocutores, por lo que la persona que lee en voz alta debe cambiar la entonación en función de quién está hablando. Esta forma de lectura oral es similar a una obra dramática, aunque en este caso el texto no se aprende de memoria, sino que se va entonando mientras se lee.
Se trata de una lectura similar a la extensiva porque también se efectúa por el placer de leer, aunque aquí se añade el factor lúdico. Más que leer por placer, se lee por entretenimiento.
No se realiza individualmente. Se necesitan varios lectores y un solo texto, generalmente con diálogos. En este sentido, cada lector debe leer en voz alta lo que dice un personaje y esperar a que vuelva a llegar su turno mientras los otros lectores leen sus partes. En este caso, se combina la lectura oral y la silenciosa.
Por lo general, se efectúa en el ámbito académico y se realiza tanto oral como silenciosamente. Tiene el objetivo de despertar inquietudes en los lectores, por lo que el profesor, en cuanto termina la lectura, puede abrir un debate sobre lo que se ha leído.
Tiene el objetivo de conducir a que los alumnos, después de leer sobre algo, escriban un texto relacionado, ya sea explicándolo con sus palabras o aportando su punto de vista. Se parece a la lectura comentada, pero en este caso no hay un debate oral, sino una reflexión escrita e individual.
Es propia del ámbito académico o escolar. Un profesor o maestro pide a sus alumnos que lean un texto por arriba para conseguir que tengan una idea principal del tema que se va a tratar en clase. De este modo, cuando empieza la explicación oral, los alumnos ya están familiarizados con los conceptos.
Consiste en leer todo un texto de forma ordenada, sin saltarse nada y entrando más o menos en profundidad en el texto. Se lee íntegramente el texto de principio a fin.
La lectura mecánica es esencial para aprender a leer. Mediante ella, se consigue darles un sonido a las palabras escritas. Es decir, la lectura mecánica es un proceso inconsciente que hace posible la lectura silenciosa.
Consiste en ir almacenando los conceptos más importantes mientras se lee un texto para poder, una vez terminada la lectura, relacionarlos entre ellos y obtener una conclusión sobre lo que se ha leído.
Se realiza cuando se lee un texto sin ir en la búsqueda de dobles sentidos ni mensajes más allá de las palabras. Es decir, se lee y procesa solamente lo que está escrito. No da lugar a la subjetividad.
En contraposición a la lectura literal, la lectura inferencial se efectúa cuando se sabe que hay mucha información que está implícita, es decir, que no aparece directamente en el texto y que se la debe reponer aparte. Por ello, da pie a la subjetividad, ya que pueden haber dobles sentidos e interpretaciones diferentes según cada persona.
Es un subtipo dentro de la inferencial en la que, además de analizar subjetivamente el texto, hay un ejercicio de valoración moral o ética del escrito. En este sentido, las personas no sólo leen y encuentran su propio significado, sino que además valoran la calidad del texto.
Consiste en la lectura de símbolos (en vez de palabras) que, de acuerdo a la experiencia y construcción cultural o social que acompaña a cada persona, significan algo. Un ejemplo de este tipo de lectura son las señales de tránsito.
Es propia del ámbito escolar y consiste en la lectura en voz alta, no para comprender un texto, sino para valorar la pronunciación de las palabras y corregir errores fonéticos en caso de que sucedan.
Es la lectura de una partitura, pero no con el objetivo de dar significado a los símbolos, sino de imaginar cuáles son los sonidos, melodías y ritmos que derivan de ella.
Consiste en leer algún texto no por placer ni por entretenimiento, sino para absorber una información que, ya sea para aprobar un examen o saber qué pedir en un restaurante, resulta necesaria.
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