Aunque suene extraño, la escuela primaria se creó mucho después que la universidad y que la secundaria. Tal como lo indican Carla Baredes y Pablo Pineau en “La escuela no fue siempre así” (2008), el sistema educativo se formó “de arriba para abajo”: primero los adultos y, recién después, los niños. Además, durante muchos siglos la educación fue pensada para muy pocos. Los pobres, los esclavos, las mujeres, los devotos de una religión diferente y las personas que tenían otro color de piel no gozaban del privilegio de estudiar.
Las primeras escuelas griegas
Entre los antiguos griegos, los niños que recibían educación iban a las casas de distintos maestros acompañados de un esclavo que se llamaba “pedagogo” (que significa “el que acompaña al niño”). Había maestros de música, de gimnasia, de lectura y de escritura. Cuando eran adolescentes, a su educación se le sumaban algunos otros conocimientos y a los dieciocho años entraban en la “efebía”, que era una especie de escuela militar a la que tenían que ir todos los que eran ciudadanos.
Las formas de aprendizaje en la Edad Media
Los hijos de los nobles en la Edad Media eran enviados a los seis o siete años al palacio de un caballero. El aprendiz de caballero acompañaba y servía a su señor durante varios años, mientras su señor le enseñaba a usar la espada y el arco, así como también equitación, caza y lucha. También aprendía modales, música, canto y poesía, que el aprendiz recitaba de memoria porque no sabía leer ni escribir.
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