En la mañana del 26 de diciembre, el océano Índico fue el epicentro del que sería uno de los desastres naturales más impactantes jamás registrados. Un terremoto de magnitud 9,1 sacudió el fondo del mar frente a la isla de Sumatra, en Indonesia, y generó un tsunami que afectó a más de una decena de países.
La energía liberada fue tan grande que, según explicó el sismólogo Barry Hirshorn en National Geographic, fue equivalente a miles de bombas atómicas como la de Hiroshima. Incluso alteró levemente el movimiento de la Tierra y acortó la duración de los días en una fracción mínima.
Durante los minutos siguientes, el mar comenzó a desplazarse de manera casi imperceptible en aguas profundas, pero al acercarse a las costas, esa masa de agua se transformó en olas gigantes que avanzaron tierra adentro con una fuerza devastadora.
26 de diciembre de 2004: cómo se desató el desastre
El 26 de diciembre de 2004, a eso de las 7.58 de la mañana (hora local), el sismo tuvo su origen en el choque entre la placa india y la microplaca birmana, en una zona de subducción activa.
Los científicos estiman que la falla se desplazó a lo largo de unos 1.600 kilómetros bajo el océano, liberando una cantidad de energía acumulada durante siglos.
A diferencia de una ola común, el tsunami no se presentó como una pared de agua visible desde lejos. Tal como explicó Hirshorn, se comportó más como una "aplanadora de agua" que avanzó sin dar tiempo a reaccionar. En mar abierto, las olas viajaron a velocidades de entre 500 y 1.000 kilómetros por hora, pero al llegar a zonas poco profundas alcanzaron alturas de hasta 30 metros.
La falta de un sistema de alerta temprana en el océano Índico fue un factor clave. En muchos lugares, las poblaciones costeras no recibieron advertencias y no sabían cómo reconocer las señales previas de un tsunami, como el retiro repentino del mar.
El impacto del tsunami en distintos países
Las consecuencias del tsunami se extendieron a lo largo de varias horas y miles de kilómetros, afectando regiones muy alejadas entre sí:
- Indonesia fue el país más golpeado, especialmente la provincia de Aceh, donde murieron más de 170.000 personas.
- Sri Lanka y la India registraron decenas de miles de víctimas y enormes daños en zonas costeras.
- Tailandia sufrió fuertes pérdidas humanas, incluso entre turistas que vacacionaban en sus playas.
- El tsunami llegó hasta África oriental, causando muertes en Somalia, Tanzania y Kenia.
Según cuenta National Geographic, el número total de víctimas estuvo cerca de las 230.000 personas, convirtiendo a este evento en el tsunami más devastador de la historia en términos de pérdidas humanas.
A partir de esta tragedia, la comunidad internacional impulsó la creación de sistemas de alerta temprana en el océano Índico y reforzó la educación sobre riesgos naturales.