La ciudad de Bonifacio se encuentra en el extremo sur de la isla de Córcega, a solo 12 kilómetros de Cerdeña (Italia). Es una localidad portuaria que parece suspendida entre el cielo y el mar, construida sobre una península de roca blanca que se eleva hasta 70 metros de altura sobre el Mediterráneo.
Fundada en el año 828 d. C. por el conde Bonifacio II de Toscana, la ciudad fue pensada como una fortaleza natural, protegida por acantilados que la volvían casi inaccesible. Con el paso del tiempo, este pequeño asentamiento se transformó en una joya arquitectónica e histórica, donde cada calle cuenta una parte del pasado de Córcega.
Hoy, Bonifacio pertenece al departamento de Córcega del Sur y cuenta con una población estable de alrededor de 3.000 habitantes, aunque cada verano recibe a miles de turistas que la eligen por su belleza natural y su valor histórico.
Historia y características de Bonifacio

El casco antiguo de Bonifacio es un laberinto de calles empedradas, murallas medievales y casas de piedra que parecen asomarse al vacío. En su origen, fue un importante puerto comercial y militar, codiciado por genoveses, pisanos y franceses a lo largo de los siglos.
La ciudad fue escenario de numerosos conflictos navales y conserva todavía parte de sus fortificaciones originales, como la Ciudadela de Bonifacio, que domina el horizonte y ofrece vistas espectaculares del mar.
Entre las características más sorprendentes de la ciudad se destacan:
- Fundación: siglo IX, bajo dominio toscano.
- Altura de los acantilados: hasta 70 metros sobre el nivel del mar.
- Ubicación: sur de Córcega, frente al estrecho de Bonifacio.
- Población actual: cerca de 3.000 habitantes permanentes.
- Curiosidad: las casas parecen “colgar” del borde de los acantilados, sostenidas por siglos de historia y piedra caliza.
En su parte baja se encuentra el puerto de Bonifacio, rodeado de cafés, embarcaciones y locales típicos. Desde allí parten excursiones hacia las islas Lavezzi, un pequeño archipiélago natural protegido, famoso por sus aguas cristalinas y su biodiversidad.
Bonifacio, una ciudad entre el mar y la historia
Visitar Bonifacio es como recorrer un museo al aire libre. Su fisonomía se mantiene prácticamente intacta desde hace siglos, y muchas de sus edificaciones fueron construidas con la misma piedra caliza sobre la que se asientan.
Uno de los lugares más emblemáticos es la Escalera del Rey de Aragón, una escalera tallada directamente en la roca del acantilado. Según la leyenda, fue construida por las tropas del rey Alfonso V durante un asedio en el siglo XV, aunque en realidad su origen es anterior y servía para acceder a una fuente de agua.
Cuenta con 187 escalones y ofrece vistas panorámicas que se extienden hasta las costas italianas.
Además, Bonifacio alberga iglesias románicas, miradores naturales, muros fortificados y una serie de senderos costeros que permiten observar las formaciones rocosas desde distintos puntos. Uno de los más famosos es el “Camino del Cabo Pertusato”, ideal para los amantes de la fotografía y la naturaleza.
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¿Cómo visitar Bonifacio y qué ver en la región?

Bonifacio se puede visitar durante todo el año, aunque su temporada más activa es entre mayo y septiembre, cuando el clima es cálido y el mar adquiere tonos turquesa.
Desde el continente francés, se puede llegar por avión o ferry a Córcega, y luego por carretera hasta el extremo sur de la isla.
Entre los atractivos imperdibles de Bonifacio y sus alrededores:
- Las playas de Rondinara y Santa Giulia, consideradas entre las más bellas de Europa.
- Excursiones en barco por las cuevas marinas y los acantilados blancos.
- El cementerio marino de Bonifacio, con vistas al mar y una atmósfera única.
- El estrecho de Bonifacio, una reserva natural que separa Córcega de Cerdeña y alberga una gran variedad de aves y especies marinas.
Una joya suspendida sobre el Mediterráneo
Pocos lugares en el mundo logran combinar naturaleza, historia y arquitectura como Bonifacio. Desde sus murallas hasta sus vistas al mar, esta ciudad parece desafiar el paso del tiempo y ofrecer a los visitantes una experiencia que mezcla aventura, contemplación y asombro.
Por eso, Bonifacio no solo es uno de los destinos más bellos de Francia, sino también uno de los más fotografiados y admirados de toda Europa.
