En un principio, el territorio de la actual República Federativa de Brasil estaba habitado por naciones indígenas. Luego, el contacto con los europeos ocurrió en 1.500, con la llegada de una expedición portuguesa liderada por Pedro Álvares Cabral. El sitio se convirtió en colonia de Portugal tras el Tratado de Tordesillas. Actualmente, su capital es Brasilia, pero no siempre fue así. Brasilia debía ser una ciudad que mirara hacia el futuro y dejara atrás el legado colonial de Salvador de Bahía y Río de Janeiro, las antiguas capitales.
Brasil declaró su independencia el 7 de septiembre de 1822, pasando de colonia a imperio y, finalmente, a república. Actualmente, el país es miembro fundador de organizaciones como las Naciones Unidas, el G20 y el Mercosur.
También te puede interesar > El nombre "Brasil": origen, historia y significado
Brasilia: origen del nombre de la ciudad
![Brasilia, la capital de Brasil](https://billiken.lat/wp-content/uploads/2025/02/cuerpo-2025-02-14T102220.618.jpg)
El nombre "Brasilia" deriva del nombre del país. El líder independentista José Bonifácio fue quien lo sugirió para la futura capital brasileña en 1821. La construcción de la ciudad comenzó el 23 de octubre de 1956 y en 1960 se convirtió oficialmente en la capital de Brasil. Fue en 1761 que el marqués de Pombal mencionó por primera vez la necesidad de trasladar la capital de Brasil lejos de la costa atlántica y establecer una sede administrativa en el interior del territorio.
También te puede interesar > ¿Por qué Brasil proyecta una imagen tan feliz como país?
La nación sudamericana previamente tenía dos ciudades capitales: Salvador de Bahía y Río de Janeiro, ambas situadas en la costa atlántica y vinculadas desde antiguo al poder colonial portugués. El traslado de la capital al interior formó parte de un plan estratégico nacional para estimular la ocupación del interior de Brasil. Anteriormente, la mayor cantidad de población hasta el momento se concentraba en la costa. Además, era importante que la capital estuviera más protegida de eventuales ataques o revoluciones.