Si alguna vez viajas a España, hay un lugar en Madrid que no puedes perderte: la Plaza Mayor. Este sitio rectangular es mucho más que un hermoso punto turístico; es el centro neurálgico de la historia de la capital, el escenario donde, durante siglos, se desarrolló la vida social, política y cultural de la ciudad.
Ubicada muy cerca de la Puerta del Sol, su origen se remonta al siglo XVI, cuando era simplemente conocida como la Plaza del Arrabal, un lugar donde se celebraba un popular mercado. Sin embargo, su construcción tal como la conocemos hoy fue idea del Rey Felipe III. Se inauguró oficialmente en 1620, convirtiéndose en el gran foro de la villa.
Historia entre incendios y reconstrucciones
Lo más sorprendente de la historia de este punto de Madrid es su resiliencia. A lo largo de sus más de 400 años de existencia, la plaza sufrió las consecuencias de tres grandes incendios devastadores.
El primero ocurrió en 1631, poco después de su inauguración. El segundo se produjo en 1670, y el más grave de todos sucedió en 1790, cuando las llamas destruyeron casi la totalidad de sus edificaciones, obligando a una reconstrucción casi total.
Esta última y definitiva reconstrucción estuvo a cargo del arquitecto Juan de Villanueva. Villanueva no solo restauró la plaza, sino que la modernizó. Fue él quien le dio su aspecto actual, con un cambio clave: redujo la altura de los edificios que la rodean a solo tres plantas (antes eran cinco), y unificó el conjunto, logrando el aspecto sobrio y majestuoso que hoy admiramos.
El diseño y el tamaño de la Plaza Mayor de Madrid
La plaza actual, resultado del diseño de Villanueva, tiene una forma rectangular casi perfecta, con unas dimensiones aproximadas de 129 metros de largo por 94 metros de ancho. Está completamente cerrada por edificios uniformes, y se accede a ella a través de nueve arcos o pasadizos que conectan con las calles aledañas.
El edificio más importante de la plaza es la Casa de la Panadería, que destaca por sus fachadas decoradas con impresionantes frescos mitológicos. En el centro de la plaza se alza la estatua ecuestre del Rey Felipe III, el monarca que ordenó su construcción.
Curiosidades históricas de la Plaza Mayor
- Usos polémicos: durante los siglos XVII y XVIII, la plaza se utilizó para eventos públicos impactantes, incluyendo corridas de toros, representaciones teatrales, festivales y, lamentablemente, ejecuciones públicas.
- Nombres: la plaza ha cambiado de nombre varias veces a lo largo de la historia, dependiendo del momento político. Se llamó Plaza del Arrabal, Plaza de la Constitución, Plaza Real y, finalmente, Plaza Mayor.
- La estatua: la estatua de Felipe III, que hoy preside el centro, se colocó originalmente en 1616 y ha sido movida y restaurada en varias ocasiones.
Hoy es un lugar lleno de vida, donde se instalan mercados de sellos y monedas, el tradicional mercado navideño y donde miles de turistas se detienen a tomar un chocolate caliente, reviviendo la historia de un lugar que, a pesar de los incendios y el paso de los siglos, sigue siendo el corazón latente de Madrid.