La Ola, conocida mundialmente como The Wave, es uno de esos paisajes que parecen imposibles. Está ubicada en Arizona, Estados Unidos, muy cerca del límite con Utah, dentro de una zona protegida del altiplano del Colorado.
Allí, entre capas de arenisca modeladas durante millones de años, aparece una superficie ondulada que recuerda a las ilustraciones de ciencia ficción. Llegar no es sencillo: el camino es exigente y el acceso, limitado.
La administración del área está a cargo de la Oficina de Administración de Tierras, que controla cada visita para proteger la formación rocosa. Por eso, obtener un permiso se convirtió en un desafío tan famoso como el sitio en sí.
Cómo es La Ola y por qué es tan particular

La Ola se formó sobre areniscas Navajo de la Edad Jurásica, moldeadas primero por corrientes intermitentes de agua y, más tarde, casi exclusivamente por el viento. Hay un dato no menor: estas areniscas datan de hace 190 millones de años, lo que explica en parte este paisaje tan curioso que se formó con "paciencia".
The Wave tiene dos canales principales, uno de 19 metros de ancho por 36 de largo, y otro de solo 2 metros por 16, que crean una figura en "U" donde las líneas del relieve parecen fluir. Como si fuera un mar en plena roca.
Lo que vuelve tan especial este lugar no es solo su apariencia ondulada, sino también su enorme fragilidad. Las paredes muestran escalones naturales orientados según la dirección predominante del viento, un detalle que evidencia cómo continúa el proceso de erosión, aunque de manera lenta y silenciosa.
Permisos, requisitos y lo que hay que saber para visitar The Wave

Quienes quieren conocer este paisaje deben pasar por un sistema de selección muy estricto. La Oficina de Administración de Tierras organiza un sorteo presencial y otro online que permite acceder a muy pocos afortunados. Algunos datos clave sobre la visita:
- Antiguamente, solo 20 personas podían ingresar por día, lo que hacía casi imposible conseguir un permiso.
- Actualmente, el máximo diario aumentó a 64 visitantes, combinando sorteos online y presenciales, lo que amplió las posibilidades.
- La zona está protegida y el sendero no está señalizado, por lo que los visitantes reciben un mapa e instrucciones precisas antes de iniciar la caminata.
Llegar a La Ola requiere atravesar terrenos desérticos y estar preparado para un recorrido exigente, pero quienes logran acceder coinciden en lo mismo: que vale cada paso.
