La historia de Noruega se remonta a la época vikinga. Este periodo se caracterizó por exploraciones, comercio, saqueos y colonización. Harald Cabellera Hermosa es considerado el primer rey en unificar Noruega alrededor del año 872, aunque la consolidación de un reino plenamente unificado e independiente no se logró hasta los siglos XI y XII. La influencia vikinga se extendió por las Islas Británicas, Irlanda y otras partes de Europa.
Tras un periodo de esplendor en el siglo XIII, el país entró en una fase de decadencia, marcada por la peste negra y la pérdida de su dinastía real. En 1814, tras las guerras napoleónicas, fue cedida a Suecia, pero declaró su independencia y redactó una constitución. La unión personal con Suecia se disolvió pacíficamente en 1905, restableciéndose la monarquía constitucional.
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En el siglo XX, Noruega se mantuvo neutral en la Primera Guerra Mundial. Fue invadida y ocupada por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, se reinstauraron las instituciones democráticas y el país experimentó un rápido crecimiento económico, especialmente tras el descubrimiento de petróleo en el Mar del Norte. Hoy en día, el país es conocido por su alto nivel de vida, su modelo de bienestar social integral y su papel en instituciones internacionales, aunque se mantiene fuera de la Unión Europea.
Noruega: origen y significado del nombre
El nombre Noruega es una adaptación al castellano del latín medieval Nhorvegia. Esta denominación tiene su origen en las palabras del sajón antiguo "Norþ weg". A su vez, "Norþ weg" proviene de los términos "Nord veg" o "Norð vegri" en nórdico antiguo. La palabra "Norð" significa “Norte” y "Veg" o "Vegr" se traduce como “ruta” o “camino”.
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Por lo tanto, el significado de Noruega es “el camino hacia el norte” o “la ruta del norte”. Esta denominación hace una clara referencia a la ubicación septentrional del país en el continente europeo.
