¿Por qué Portugal se llama así?

La historia de Portugal se remonta a la formación del Condado Portucalense en la Baja Edad Media, que surgió del Reino de León. Alfonso I se proclamó rey en 1139, estableciendo el Reino de Portugal y su primera dinastía. Las fronteras del país se definieron en gran medida en 1297. Tras completar la Reconquista en 1249, consolidó su independencia, aunque enfrentó desafíos por parte del Reino de Castilla.

Durante los siglos XV y XVI, vivió la Era de los Descubrimientos, convirtiéndose en una potencia mundial con un vasto imperio. Exploradores portugueses establecieron rutas marítimas a la India y llegaron a Brasil. Sin embargo, atravesaron una crisis sucesoria de 1580 llevó a la unión ibérica con España de 1580 a 1640. Durante ese tiempo, el país perdió parte de su poder e influencia.

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La independencia se restauró en 1640 con la proclamación de Juan IV como rey, dando inicio a la dinastía de Braganza. Tras un período de absolutismo y la pérdida de Brasil en 1822, el siglo XIX fue de inestabilidad. La monarquía fue abolida en 1910, instaurándose la Primera República, que fue sucedida por un régimen autoritario hasta la Revolución de los Claveles en 1974, marcando el inicio de la Tercera República que se extiende a la democracia actual.

¿Cuál es el origen del nombre de Portugal?

El nombre de Portugal tiene su origen en el topónimo romano Portus Cale. Cale era el nombre de un asentamiento primitivo que se localizaba en la desembocadura del río Duero, en la zona norte del actual país. Esa denominación surgió durante la Segunda Guerra Púnica, a finales del siglo III antes de Cristo (a. C). En ese momento, los romanos intervinieron en la península ibérica y conquistaron Cale, denominándola Portus Cale, que significa "puerto de Cale".

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Durante la Edad Media, la región que rodeaba Cale comenzó a ser conocida por los visigodos como Portucale. Este nombre evolucionó durante los siglos VII y VIII hasta convertirse en Portugale. El término se utilizaba para referirse a la región que se encontraba entre los ríos Duero y Miño, la cual se convirtió en la frontera entre Portugal y España.

El nombre del país se consolidó a partir de la antigua denominación romana del área de Oporto y su evolución a través de los periodos visigodo y medieval.