El puente 25 de Abril es una de las construcciones más llamativas de Europa y un ícono de la capital de Portugal. Inaugurado el 6 de agosto de 1966, este impresionante puente colgante se extiende sobre el río Tajo, conectando la ciudad de Lisboa con Almada, al sur del país. Su diseño y dimensiones lo convierten en una estructura única, tanto por su funcionalidad como por su estética.
Durante décadas, el puente ha capturado la atención de turistas y curiosos por su parecido con el famoso Golden Gate de San Francisco, en Estados Unidos. De hecho, ambos puentes comparten similitudes en su estructura, color rojizo y sistema de suspensión, aunque lo construyeron empresas diferentes.
Historia, diseño y características del Puente 25 de Abril
La construcción del puente comenzó en 1962 y finalizó en un plazo de poco más de tres años. En sus inicios, se bautizó como Puente Salazar, en honor al dictador António de Oliveira Salazar, quien gobernaba el país en aquel momento. Sin embargo, tras la Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974, la estructura fue renombrada para conmemorar el histórico regreso de la democracia en Portugal.
El puente 25 de Abril tiene una longitud total de 2.277 metros, con un tramo principal suspendido que supera los 1.000 metros, lo que lo posiciona entre los puentes colgantes más largos de Europa. En su parte superior circulan vehículos por una autopista de seis carriles, mientras que en el nivel inferior, incorporado en 1999, pasa una línea ferroviaria que permite el tránsito de trenes de pasajeros y carga.
Entre sus principales características se destacan:
- Altura máxima: 70 metros sobre el nivel del mar.
- Longitud total: 2.277 metros.
- Capacidad de tráfico: más de 150.000 vehículos diarios.
Además, su estructura fue diseñada para resistir vientos fuertes y posibles movimientos sísmicos, lo que demuestra su solidez y precisión técnica.
¿Cómo se puede visitar el puente 25 de Abril?
El puente 25 de Abril no solo es un paso clave para el transporte en Lisboa, sino también un atractivo turístico. Si bien no se puede recorrer a pie como otros puentes del mundo, los visitantes pueden admirarlo desde varios puntos panorámicos de la ciudad o realizar un paseo en barco por el Tajo para verlo desde abajo.
Una de las mejores maneras de disfrutar su magnitud es desde el Mirador del Cristo Rei, en Almada, desde donde se obtienen vistas panorámicas del puente y de toda la ciudad de Lisboa. También se puede visitar el Pilar 7 Bridge Experience, un centro interactivo ubicado en una de las torres del puente, que ofrece una experiencia multimedia y una pasarela con vista al río desde una gran altura.
Una obra que combina historia, ingeniería y turismo
El puente 25 de Abril es mucho más que una conexión entre dos orillas: es una pieza fundamental de la historia moderna de Portugal, un símbolo de libertad y una joya de la ingeniería europea. Con más de 50 años de funcionamiento, continúa siendo una de las postales más reconocidas de Lisboa y un punto imperdible para quienes visitan el país.
