Se estima que cada bloque podrá tardar hasta treinta años en construirse. Una vez que esté terminada, podrá ser el hogar de entre nueve y diez millones de personas.
En los últimos años, una ciudad futurista a construirse en Arabia Saudita llamó la atención de todo el mundo. Y es que The Line, por su nombre oficial, será muy distinta de cualquier urbe conocida hasta el momento.
El proyecto se presentó en 2021 y, desde entonces, generó sorpresa en muchos aficionados del urbanismo así como desconfianza en expertos. ¿Es posible construir una ciudad tan grande, integrada y que sólo utilice energía renovable? ¿Es un proyecto real o una estrategia de publicidad?
The Line es el nombre de la ciudad que se proyecta construir en el noroeste de Arabia Saudita. Pertenece a la compañía NEOM y fue presentado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, como parte de la iniciativa que busca reducir la dependencia que el país asiático tiene del petróleo: Vision 2030.
Lo más curioso de la urbe será su forma, algo que ya puede verse en todas las imágenes del proyecto. Consiste en una gran y extensa línea (y por eso su nombre en inglés) con una fachada prácticamente única en el mundo, que será espejada. Además, The Line tendrá:
Su capacidad residencial será de entre nueve y diez millones de personas, Además, la vida diaria de quienes vivan allí estará mediada y asistida por la inteligencia artificial hasta en las funciones más básicas, como cuenta el video de presentación.
Una de las características que más llamaron la atención es que no van a ser necesarios los automóviles particulares. Gracias a un sistema de transporte público de alta velocidad, las personas podrán desplazarse de un punto a otro de la ciudad, con un tiempo máximo de veinte minutos entre extremos.
Por último, el proyecto propone una integración con la naturaleza, a partir de la creación de microclimas y espacios verdes en distintas zonas de la ciudad.
Los planes son, demás está decir, muy ambiciosos. No solo por la extensión de la ciudad, sino por el uso intensivo de recursos y materiales a largo plazo. Por ejemplo, se estima que necesita una quinta parte de la producción mundial de acero.
Otro de los problemas está en el diseño de la ciudad, cuya eficiencia se cuestiona. Aunque el objetivo es cubrir las largas distancias con el transporte de alta velocidad, lo cierto es que la densidad poblacional extrema y las largas distancias entre puntos de la ciudad plantean muchos desafíos.
Por último, la construcción de The Line se está haciendo en una zona desértica. ¿Cuál es el problema? Que una ciudad de tal magnitud depende de una gran extracción de materiales y de una modificación del ambiente. Más allá de que está diseñada para funcionar con energía renovable, tendrá un gran impacto en el ambiente.
Lo cierto es que, en los últimos años, la construcción de esta megaciudad inició su curso. Las imágenes satelitales mostraron un avance en las bases de la ciudad, y lo mismo se vio en fotografías de drones que se difundieron oficialmente.
Sin embargo, queda por ver si lo que propone el proyecto será posible y, sobre todo, si podrá sostenerse en el futuro. La primera parte está destinada a terminarse en 2030, y se estima que cada una de las siguientes tardarán treinta años.
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