En la actualidad se realizan miles de llamados telefónicos entre Buenos Aires y Rosario, y quien quiera puede hacerlo prácticamente en cualquier momento. Sin embargo, cuando ocurrió la primera comunicación telefónica hace 141 años, fue una de las novedades más importantes de la época.
El 15 de julio de 1883, los 360 kilómetros que separaban a ambas localidades se unieron en un instante. Ya no era necesario mandar telegramas o cartas que podían demorar días u horas, pues en Argentina comenzaba a expandirse una de las primeras redes telefónicas de la región.
¿Cuál es la importancia de la primera comunicación telefónica entre Buenos Aires y Rosario?
La comunicación telefónica entre Buenos Aires y Rosario fue, a su vez, una de las primeras del país. De hecho, en la capital de Santa Fe se instalaron las primeras compañías telefónicas de Argentina, siendo una de ellas la encargada de ese llamado inaugural entre ciudades. Hay tres hechos que le anteceden:
- El 4 de enero de 1881 se realizó la primera comunicación telefónica oficial del país, entre el presidente Julio Argentino Roca y el doctor Bernardo de Irigoyen.
- El 19 de agosto de 1882, el primer llamado en Rosario sucedió entre las oficinas administrativas y el depósito de una empresa que en la actualidad dejó de funcionar.
- El 1 de abril de 1883 se inauguró la empresa dependiente de una gran compañía alemana que terminaría realizando la primera comunicación entre Rosario y Buenos Aires.
La importancia de ese llamado también radica en que, para fines del siglo XIX, no eran muchos los países que apostaban por este nuevo sistema de comunicaciones, e incluso en Argentina tuvo sus detractores. Aún así, logró establecer y crecer con el paso de las décadas.
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¿Cuál fue el primer llamado de la historia?
Según los registros que se tienen de la época, el primer llamado de la historia lo realizó Alexander Graham Bell, el científico e inventor británico que adoptó la nacionalidad estadounidense. El 10 de marzo de 1876, desde una oficina a la otra en su laboratorio de Boston, se comunicó con su asistente Thomas Watson.
Este escuchó, del otro lado de la pared, las palabras "Sr. Watson, venga aquí, quiero verlo". Así, demostraron que la voz humana podía viajar a través de cables y abrieron la puerta al sistema de comunicación a distancia más veloz hasta el momento.
A pesar de su hazaña, Bell no fue el inventor del aparato telefónico, como siempre se le atribuyó. Si bien desarrolló implementaciones a la idea original, esta fue del italiano Antonio Meucci, que no trascendió en la historia por no tener dinero suficiente para patentar su invento.
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Tuvieron que pasar más de 120 años para que el Congreso de Estados Unidos reconociera, el 15 de junio de 2002, al italiano como el verdadero inventor del teléfono.
