El 31 de julio de 2008 un equipo científico de la NASA anunció una de las noticias más impactantes de la exploración espacial moderna: Marte tiene agua. El hallazgo fue posible gracias a la sonda Phoenix, que había aterrizado unos meses antes en la región nórdica del planeta rojo.
Gracias a él, aparecieron de nuevo las preguntas que nos hacemos sobre la posibilidad de vida más allá de la Tierra. Y es que por primera vez, la existencia de agua —aunque en forma de hielo subterráneo— dejaba de ser una hipótesis y se volvía una certeza.
Desde entonces, nuevas misiones se propusieron entender cómo se comporta el agua en Marte, si alguna vez fue líquida y qué posibilidades abre este elemento clave para el desarrollo de vida.
¿Qué descubrió la NASA sobre el agua en Marte?

El hallazgo de 2008 se produjo en la zona de Vastitas Borealis, cerca del polo norte de Marte. La sonda Phoenix excavó el suelo y encontró hielo apenas unos centímetros por debajo de la superficie. Días más tarde, ese hielo se evaporó, confirmando que se trataba de agua congelada.
Este hallazgo fue publicado por la NASA el 31 de julio y rápidamente se convirtió en una referencia para los estudios planetarios. Pero la misión reveló algo más: la presencia de perclorato, una sustancia que puede disminuir el punto de congelación del agua.
Esto significa que, bajo ciertas condiciones, podría haber agua líquida en Marte, incluso a temperaturas muy bajas. Aunque no se encontraron rastros directos de vida, los investigadores comenzaron a considerar seriamente esa posibilidad.
¿Qué reveló la Misión InSight en 2024?

Dieciséis años después del anuncio de la sonda Phoenix, un nuevo avance volvió a sacudir al mundo científico. En 2024, un grupo de investigadores analizó los datos recolectados por la Misión InSight de la NASA y estimó que:
- Hay enormes cantidades de agua atrapadas en el subsuelo marciano, y que
- Podría haber suficiente para cubrir todo el planeta con un océano de varios metros de profundidad.
La misión InSight se había lanzado en 2018 y operó hasta fines de 2022. Durante ese tiempo, su sismómetro detectó vibraciones y "martemotos", que ayudaron a comprender cómo está formada la corteza marciana. Gracias a esos datos, hoy sabemos que Marte podría tener más agua de la que se pensaba, aunque en estado subterráneo.
