La ciudad de Longarone está situada en la región del Véneto, al norte de Italia, a orillas del río Piave y al pie de los Dolomitas, una de las cordilleras más imponentes de Europa. Su historia se remonta a la Edad Media, aunque su desarrollo moderno comenzó en el siglo XIX, cuando se convirtió en un centro comercial y artesanal dedicado principalmente a la madera y al mármol.
Hasta principios de los años 60, Longarone era un pueblo tranquilo, rodeado de montañas y con una población de alrededor de 2.000 habitantes. Sin embargo, su destino cambió para siempre el 9 de octubre de 1963, cuando ocurrió uno de los desastres más impactantes de la historia italiana.
El desastre del Vajont: la noche en que Longarone desapareció
La tragedia se originó en la represa de Vajont, una enorme obra de ingeniería construida pocos años antes sobre el valle del mismo nombre. El embalse estaba situado varios kilómetros por encima del pueblo, en un área rodeada de montañas de roca inestable.
Esa noche, una enorme masa de tierra —de unos 260 millones de metros cúbicos— se desprendió del monte Toc y cayó al embalse, generando una ola colosal que sobrepasó la represa. Aunque el muro de contención resistió, el agua se desbordó con una fuerza devastadora.
En cuestión de segundos, una ola de más de 200 metros de altura descendió por el valle y arrasó con todo a su paso: árboles, casas, carreteras y, finalmente, la ciudad de Longarone.
El desastre provocó la muerte de alrededor de 1.900 personas, casi la totalidad de los habitantes de la zona. Fue una tragedia natural y humana, ya que las investigaciones posteriores demostraron que los ingenieros responsables de la represa conocían los riesgos de deslizamientos en el terreno.
Reconstrucción y memoria: la nueva Longarone
Pese al horror, la historia de Longarone no terminó esa noche. En los años siguientes, Italia emprendió un proceso de reconstrucción total del pueblo, que fue levantado pocos metros más al sur del emplazamiento original.
La nueva Longarone se inauguró oficialmente en 1968, con edificios modernos, calles amplias y un diseño urbano pensado para simbolizar el renacimiento tras la tragedia. Hoy, el municipio cuenta con unas 4.000 personas, y su economía se centra en la industria, el turismo y la producción artesanal.
El recuerdo del desastre sigue muy presente en la comunidad. En el sitio del antiguo pueblo se erigieron monumentos y museos dedicados a las víctimas, entre ellos el Centro de Documentación del Vajont y el cementerio de las víctimas de Longarone, que se ha convertido en un lugar de memoria y reflexión.
¿Qué ver hoy en Longarone y cómo visitar el lugar?
Actualmente, Longarone forma parte del itinerario histórico y natural del norte de Italia. Entre sus principales atractivos se encuentran:
- El Memorial del Vajont, que narra la tragedia y muestra imágenes de la reconstrucción.
- El embalse de Vajont, visible desde el mirador de Erto e Casso, pueblos vecinos que sobrevivieron al desastre.
- La iglesia de Santa Maria Immacolata, reconstruida en los años 60 y considerada un símbolo de esperanza.
- El Museo Longarone Vajont, que conserva objetos, testimonios y documentos sobre la catástrofe.
Longarone también es conocida por su feria internacional Arredo, dedicada al diseño y mobiliario, lo que refleja la capacidad del pueblo para reinventarse y proyectarse al futuro.
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Longarone, una historia de dolor y resiliencia
Más de seis décadas después, Longarone es un ejemplo de superación colectiva. La ciudad no solo fue reconstruida físicamente, sino también emocionalmente, a través del trabajo, la memoria y el respeto por quienes perdieron la vida.
Hoy, visitar Longarone es una experiencia conmovedora: combina paisajes de belleza alpina con el peso histórico de una tragedia que marcó a toda Europa.
Su historia recuerda el valor de aprender del pasado y la importancia de convivir con la naturaleza con responsabilidad y respeto.
