Durante décadas, la carrera espacial fue uno de los frentes más intensos de competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Pero en 1975, un acuerdo entre ambas potencias permitió concretar la Misión Apolo Soyuz, la primera misión espacial internacional tripulada.
Aquel 17 de julio, dos naves lanzadas por separado lograron encontrarse en la órbita terrestre. Fue un hecho histórico que mostró que, lejos del enfrentamiento en la Tierra, la cooperación científica era posible.
Ambas agencias espaciales tuvieron que diseñar sistemas compatibles para acoplar dos naves muy diferentes. La NASA lo hizo con una cápsula Apolo, similar a las utilizadas en las misiones a la Luna. La Unión Soviética con una nave Soyuz.
¿Cuánto duró la Misión Apolo Soyuz?
La cápsula Apolo despegó el 15 de julio desde Cabo Cañaveral (EE.UU) y la Soyuz lo hizo el mismo día desde Baikonur (URSS). Cuando se acoplaron, permanecieron unidas durante casi dos días: más precisamente, durante 44 horas entre el 17 y el 19 de julio de 1975.

Sin dudas, la escena más recordada ocurrió cuando Thomas Stafford, comandante estadounidense, y Alexei Leonov, comandante soviético, se estrecharon la mano en el módulo de acoplamiento al encontrarse por primera vez.
Durante el acoplamiento, las naves permanecieron unidas por un adaptador especialmente diseñado para permitir la conexión hermética y segura. Esta tecnología fue clave para que los astronautas pudieran trasladarse de una nave a otra.
¿Cuántos astronautas participaron y qué tareas realizaron?

Además de Stafford y Leonov, los protagonistas de aquel icónico apretón de manos, participaron otros tres astronautas: Vance Brand y Donald Slayton (conocido como Deke Slayton) por Estados Unidos, Valeri Kubásov por la Unión Soviética.
En los casi dos días que permanecieron juntos, los cinco llevaron a cabo experimentos físicos, médicos y tecnológicos, además de entrenamientos de procedimientos conjuntos para futuras misiones internacionales. Entre las actividades más destacadas, están:
- Intercambio de muestras de aire y objetos simbólicos entre las tripulaciones,
- Observación solar y terrestre desde ambas naves,
- Pruebas de acoplamiento y desacoplamiento en condiciones controladas,
- Registro de efectos fisiológicos ante la exposición a diferentes atmósferas.

Además, los estadounidenses y soviéticos compartieron comidas y, por supuesto, grabaron mensajes para enviar a la Tierra, donde ya se miraba con curiosidad la famosa foto del apretón de manos.
La misión concluyó con éxito y sin inconvenientes. Si bien no se repitió una colaboración directa de esta magnitud hasta décadas después, la experiencia sentó las bases para futuras cooperaciones, como la Estación Espacial Internacional.

¡Te has suscrito correctamente!

Te enviamos un correo electrónico para confirmar tu suscripción.
Por favor revisa tu cuenta para confirmar que quieres formar parte de nuestra lista de contactos.

Hubo un error intentando realizar la suscripción.
Intente nuevamente más tarde
