Los Molinos de Consuegra se encuentran en la provincia de Toledo, en Castilla-La Mancha, España. Estas emblemáticas construcciones, levantadas entre los siglos XVI y XIX, fueron utilizadas principalmente para moler trigo, aprovechando la fuerza del viento en una tierra donde este recurso natural es constante.
En su época de esplendor, llegaron a contabilizarse hasta treinta y cinco molinos en la zona, pero hoy se conservan once en perfecto estado, alineados en la cresta del cerro Calderico. Desde lejos, su silueta blanca con techos oscuros es inconfundible y se convirtió en un símbolo de la región manchega.
La literatura también jugó un papel fundamental en su fama: estos molinos son los que la tradición asocia con la célebre escena de Don Quijote de la Mancha, escrita por Miguel de Cervantes en 1605. Allí, el caballero confunde a los molinos con gigantes, un pasaje que inmortalizó a estas construcciones en la memoria cultural universal.
Características y dimensiones de los Molinos de Consuegra
Los Molinos de Consuegra se construyeron con piedra, cal y madera, materiales típicos de la arquitectura rural manchega. Sus principales características incluyen:
- Altura: alcanzan entre 10 y 12 metros.
- Aspas: cuentan con cuatro grandes brazos de madera cubiertos de lona que capturan la fuerza del viento.
- Uso original: moler trigo y producir harina.
- Nombre propio: cada molino tiene un nombre particular, como “Sancho”, “Bolero” o “Clavileño”.
Algunos fueron restaurados en el siglo XX y continúan en funcionamiento para fines turísticos y culturales, mostrando a los visitantes cómo era la molienda tradicional.
Mirá También
Amarguillo, el estrecho río de 53 kilómetros de longitud que atraviesa antiguos pueblos de España
Visitar los Molinos de Consuegra hoy
Actualmente, los Molinos de Consuegra forman parte de un recorrido turístico imprescindible en Castilla-La Mancha. Desde lo alto del cerro, ofrecen una vista panorámica de los campos manchegos y del propio pueblo de Consuegra.
Además de visitar los molinos, los turistas pueden acceder al cercano castillo medieval de la Muela, una fortaleza del siglo X que se encuentra en la misma colina y que completa el atractivo histórico de la zona.
Cada año, en octubre, se celebra en Consuegra la Fiesta de la Rosa del Azafrán, donde los molinos vuelven a ponerse en marcha y los locales recrean la molienda de grano tal como se hacía hace más de un siglo.
Un legado vivo de España
Los Molinos de Consuegra son más que simples construcciones: representan el ingenio de una época, el espíritu de Castilla-La Mancha y un ícono literario universal. Hoy, preservados como patrimonio cultural y turístico, siguen girando con el viento como lo hacían hace más de 150 años.