Durante mucho tiempo, en la historia argentina se habló de los “indios pampas” como si se tratara de un único pueblo originario. Sin embargo, el término no es correcto. Los europeos que llegaron a estas tierras utilizaron el nombre “pampas” para agrupar a diferentes comunidades indígenas que habitaban la vasta llanura de la región central de lo que hoy es Argentina.
El término proviene del quechua pampa, que significa “llanura”. Así, los cronistas y colonizadores decidieron llamar de esa manera a los habitantes de esa región, sin tener en cuenta sus diferencias culturales, lingüísticas y sociales.
¿Quiénes eran los llamados "pampas"?
Lejos de conformar un único pueblo, los llamados pampas reunían a distintas etnias que compartían el mismo territorio. Entre ellas se encontraban los querandíes, los tehuelches septentrionales (guanaquen) y otros grupos que vivieron en la región pampeana antes y durante la llegada de los colonizadores españoles.
Estas comunidades tenían costumbres diversas. Algunas eran cazadoras y recolectoras, mientras que otras incorporaron la cría de ganado tras el contacto con los europeos. Lo que sí compartían era la vida en las extensas llanuras, lo que dio lugar a la generalización del nombre.
El uso de la palabra “pampas” fue tan fuerte que, con el tiempo, terminó instalándose en documentos históricos y relatos de la época. Pero hoy sabemos que se trató de una etiqueta externa y no de una identidad que los pueblos originarios se adjudicaran a sí mismos.
Costumbres y formas de vida de los pueblos pampeanos
Los distintos pueblos englobados bajo la denominación de pampas tenían características propias. Muchas de ellas no se mencionan habitualmente en los relatos más conocidos:
- Organización social: la mayoría vivía en grupos familiares nómades o semisedentarios, que se desplazaban en busca de alimentos y agua.
- Relaciones con otros pueblos: mantenían intercambios y, en ocasiones, enfrentamientos con comunidades vecinas como los mapuches y los tehuelches.
- Espiritualidad y creencias: desarrollaban prácticas rituales ligadas a la naturaleza, con un fuerte vínculo con el sol, la luna y los ciclos de la tierra.
Estas costumbres muestran que, detrás de la etiqueta “pampas”, existía una gran diversidad cultural que fue invisibilizada por la mirada europea. Reconocer esta diferencia es fundamental para comprender mejor la historia de los pueblos originarios de la región pampeana.