Cuando se camina por las calles adoquinadas del centro de la Ciudad de Buenos Aires, es fácil encontrar huellas del pasado colonial. Y si hay un barrio que concentra buena parte de esa historia, es Montserrat, uno de los más antiguos de la ciudad. Pero ¿por qué se llama así? La respuesta tiene origen en la fe, la cultura española y una iglesia emblemática.
Tres datos sobre el barrio
- Año de fundación de la iglesia: 1755
- Origen del nombre: Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña
- Edificios históricos cercanos: Cabildo, Catedral Metropolitana, Casa Rosada
El origen del nombre Montserrat
El nombre del barrio proviene de la Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat, construida por inmigrantes catalanes en 1755. Ellos quisieron honrar a la Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña, cuya imagen se venera en el famoso monasterio del mismo nombre, ubicado en una montaña al norte de Barcelona.
Esta devoción religiosa se trasladó a tierras porteñas, y con el tiempo, el nombre de la iglesia comenzó a identificar a toda la zona. Así fue como el barrio pasó a llamarse Montserrat, en homenaje a esa figura sagrada y a la herencia catalana de quienes la introdujeron.
Un barrio con mucha historia
Además de su nombre particular, Montserrat es testigo de momentos clave en la historia argentina. En sus calles funcionaron las primeras instituciones del Virreinato, y aún hoy se pueden ver edificios con valor patrimonial como el Cabildo, la Casa Rosada, y la Manzana de las Luces.
Durante el siglo XIX, Montserrat fue hogar de muchas familias criollas de clase alta. Sin embargo, con el paso del tiempo, y tras las reformas urbanas que acompañaron la modernización de Buenos Aires, la fisonomía del barrio fue cambiando.
Montserrat en la actualidad
Hoy, Montserrat es una mezcla entre lo antiguo y lo moderno. Conviven oficinas, instituciones públicas, templos históricos, comercios y viviendas. La cercanía con el casco histórico la convierte en un punto turístico clave.
Muchos de los visitantes que recorren sus calles quizás no saben que están pisando el barrio donde empezó a construirse, hace siglos, la identidad porteña.
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