Permaneció en construcción durante más de 200 años, integra un predio de 70 hectáreas y es un Patrimonio de la Humanidad desde 1983.
El Castillo San Felipe del Morro es una enorme fortaleza, de 435 años de antigüedad, que sirvió para defender durante siglos a la isla de Puerto Rico, así como también a otros territorios similares del Caribe.
Su construcción estuvo a cargo de España que, como es de público conocimiento, se asentó en esta zona del mundo durante los primeros años del siglo XVI y resistió numerosas invasiones, organizadas por otras naciones de Europa.
Y, aunque el Castillo San Felipe del Morro ya no se utiliza para defender la ciudad de San Juan y a toda la isla de Puerto Rico, conserva su relevancia. Hoy en día es uno de los puntos más turísticos de la región.
Mediante numerosos registros, se comprobó que Carlos I de España encargó la construcción del Castillo San Felipe del Morro en 1539. De todas formas, la obra recién comenzó en 1589 y permaneció en este estado durante dos siglos.
Tras completar la primera etapa que figuraba en los planos, diseñados por el mariscal de campo Juan de Tejeda y el ingeniero-arquitecto italiano Juan Bautista Antonelli, esta fortaleza experimentó su primera gran batalla.
Precisamente, en 1595, el corsario inglés Francis Drake, junto a cientos de navegantes, intentó avanzar sobre la Bahía de San Juan para conquistar las tierras. Su intento falló gracias a las estrategias defensivas de los españoles y el diseño del castillo.
Tres años después de este episodio, George Clifford, conde de Cumberland, llegó a este sector del Caribe con las mismas intenciones que Drake. Una vez más, El Morro resistió al conflicto.
Si bien el Castillo San Felipe del Morro demostró su firmeza durante sus primeros años en pie, el escenario cambió en las primeras décadas del siglo XVII. En otras palabras, una serie de invasiones holandesas lograron vencer la fortaleza y causar severos daños en la población, a partir de 1630.
Es por eso que las autoridades que en aquella época administraban la isla de Puerto Rico, ordenaron la remodelación y expansión del Castillo San Felipe del Morro, así como también la construcción de nuevas fortificaciones. A partir de este momento se:
De esta manera, historiadores coinciden en que el Castillo San Felipe del Morro adquirió su formato actual durante los últimos años de la década de 1780.
Debido a los cambios que experimentó el Caribe durante los siglos XVIII y XIX, las batallas en las inmediaciones de esta fortaleza disminuyeron con el paso del tiempo.
Sin embargo, en el marco de las Guerras Mundiales que se presentaron en el siglo XX, el sitio volvió a tomar protagonismo y hasta sufrió algunas modificaciones.
Por un lado, durante la Primera Guerra Mundial, esta enorme fortaleza sirvió como puesto de observación, necesario para supervisar el Canal de Panamá y evitar cualquier tipo de ataque.
Y, por el otro, en la Segunda Guerra Mundial, además de conservar su faceta de puesto de observación, El Morro también se convirtió en un refugio subterráneo.
Es por eso que, hoy en día, este castillo es considerado un sitio histórico muy relevante y atractivo, gracias a los paisajes que lo rodean, además de Patrimonio de la Humanidad. Este último título lo alcanzó en 1983, luego de la mención recibida por parte de las Naciones Unidas.
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