El creador de "Inodoro Pereyra", dejó una gran producción literaria donde el fútbol y la amistad son temas centrales. Entre sus obras más recordadas, se encuentran El mundo ha vivido equivocado (1982), No sé si he sido claro (1986), Nada del otro mundo (1987), Los trenes matan a los autos (1992), y La mesa de los Galanes (1995).
Cada 26 de noviembre se celebra el Día Nacional del Humorista en homenaje al nacimiento de Roberto Fontanarrosa, escritor y humorista que nació un día como hoy de 1944 en Rosario, Santa Fe.
Una de las características de su trabajo fue que logró el encuentro entre dos mundos aparentemente opuestos: la narrativa y el deporte. Sus libros acercan el fútbol a quienes quizá no les interesa el juego de la pelota. Muchas de sus novelas y cuentos tienen como escenario el campo futbolístico con todos sus personajes y condimentos.
"El Negro", como lo llamaban los más cercanos, empezó a trabajar antes de los veinte años en la agencia de publicidad de Roberto Reyna, donde creó el inolvidable personaje Boogie, el aceitoso, una parodia del agente secreto James Bond.
Otro de los personajes icónicos de su creación fue Inodoro Pereyra, el gaucho al que acompañaba siempre su perro parlante Mendieta, que a partir del año 1976 comienza a publicarse en el diario Clarín.
Su producción gráfica fue enorme. Colaboró en distintas publicaciones y sus producciones aparecieron en revistas como Satiricón, Hortensia, Mengano y Fierro, una de las más prestigiosas de la historieta argentina.
Además dejó una vasta obra literaria compuesta por novelas y cuentos tan entrañables como divertidos. Su primera novela fue Best Seller (1981) y hoy es considerada por muchos como un clásico de la literatura de humor. Al año siguiente se publicó su primer libro de cuentos El mundo ha vivido equivocado.
Los escenarios principales de su producción narrativa fueron el fútbol y el mítico bar El Cairo en Rosario, café visitado habitualmente por el propio Fontanarrosa y que todavía hoy mantiene la mesa que solía ocupar bajo la denominación “la mesa de los galanes”, precisamente el título de sus libros de cuentos publicado en 1995.
Sus relatos dan cuenta del mundo popular y reconstruyen, con humor, las singularidades humanas y las conductas en situaciones desopilantes. Entre sus recopilaciones de cuentos, pueden mencionarse: El mundo ha vivido equivocado (1982), No sé si he sido claro (1986) o Nada del otro mundo (1987). Su dedicación al relato breve se intensificó en sus últimos años: El mayor de mis defectos (1990), Los trenes matan a los autos (1992), Uno nunca sabe (1993), La mesa de los Galanes (1995), Una lección de vida (1998), Te digo más… (2001), Usted no me lo va a creer (2003) y El rey de la milonga (2005).
En 2004 fue uno de los expositores en el III Congreso Internacional de Lengua Española, donde participó con su ponencia sobre “Las malas palabras”. El rosarino dijo con enorme ironía y humor: “¿Por qué son malas las palabras? ¿Les pegan a las otras? ¿Son malas porque son de mala calidad?”. A partir de ahí comenzó a reflexionar acerca de la intención y sentido que le damos a determinados términos y logró aplausos y carcajadas del auditorio.
Fontanarrosa fue distinguido con múltiples premios, entre ellos: Premio Konex en 1992, Premio Konex de Platino en 1994 y, en 2006, el Senado le otorgó la Mención de Honor “Domingo Faustino Sarmiento” por su aporte a la cultura argentina. Con 62 años, falleció en su ciudad natal, el 19 de julio de 2007.
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