El 4 de septiembre se celebra el Día del Inmigrante en Argentina. La fecha fue elegida en conmemoración a la disposición dictada por el Primer Triunvirato, en 1812, que tenía la intención de fomentar la inmigración y ofrecer protección a los individuos de todas las naciones y a sus familias que quisieran fijar su domicilio en el territorio nacional.
Entre 1880 y 1930, la República Argentina fue uno de los países que más inmigrantes recibió, provenientes en su mayor parte de Europa. De acuerdo a los datos del censo de 1914, una tercera parte de los habitantes del país estaba compuesta por inmigrantes.
Desde 1853, Argentina ha interpelado en su Constitución a “todos los habitantes del mundo que quieran habitar el suelo argentino, otorgando igualdad de derechos y obligaciones a nativos y extranjeros”.
La llegada de los inmigrantes al país respondió a patrones mundiales de flujos de población y a contentos sociales y políticos específicos. Muchas personas emprendían la inmigración debido a las guerras que asolaban sus lugares de origen. La mayoría de ellos abandonó su patria lanzándose fielmente a la aventura, pues ignoraban casi todo de su lugar de destino. En su mayoría llegarían de Europa, predominó la inmigración de italianos y de españoles. Aunque también llegaron suizos, franceses, ingleses y alemanes.
Incluso en los últimos años, Argentina es el país de América del Sur que mayor cantidad de migrantes recibió. Para el 2017, la población extranjera representaba el 4,7%, porcentaje que equivale a casi dos millones de personas.